Seis familias con nueve menores de Benetússer suman siete meses sin agua

El propietario de la finca ocupada no responde a los requerimientos del consistorio para reparar la red de agua averiada en septiembre La Koordinadora del Parke, que media entre los vecinos, acude al Síndic

Una mujer de las seis familias de Benetússer con las garrafas que llena de agua en la fuente tras no tener suministro.

Una mujer de las seis familias de Benetússer con las garrafas que llena de agua en la fuente tras no tener suministro. / J.M. López

Pilar Olaya

Pilar Olaya

 El pasado 9 de abril se cumplieron siete meses de la última vez que las seis familias con nueve menores que ocupan una finca en Benetússer pudieron ducharse, lavar los platos o beber agua del grifo. Ese fatídico 9 de septiembre una fuga de agua debido a una avería en el sistema hizo que la contrata cortara el suministro dejando a estas 20 personas, entre ellas tres familias vulnerables seguidas desde Servicios Sociales del consistorio, sin uno de los elementos naturales necesarios para poder llevar una vida digna.

Son siete meses en las que estas personas acuden diariamente a la fuente de la plaza del Ayuntamiento a llevar sus garrafas para poder cocinar o asearse, sin que hasta el momento no se haya podido hacer nada para reactivar el suministro. De momento, las tres familias con menores están a la espera de que la EVHA les proporcione una alternativa habitacional.

El gran problema está en que esta finca pertenece a una inmobiliaria que quebró. El consistorio, afirma que no puede entrara en un inmueble privado sin permiso del propietario y por ello ha emitido dos requerimientos al propietario para que actúe y repare el servicio de agua, peticiones que de momento no han sido contestadas. “Lo siguiente será poder entrara de oficio e imponer sanciones”, admiten fuentes municipales.

Sin embargo, según ha podido saber este diario, la contrata ha puesto una serie de condicionantes para poder dar de alta el agua, que dificulta la puesta en marcha del servicio debido a que supone un coste para familias que ya de por si son vulnerables por la falta de ingresos. Así debería instalar una acometida, cuyo coste se valorará y una vez abonado, se realizará. Después la contratación por cada abonado, teniendo que pasar previamente una inspección técnica para comprobar que la batería de contadores está en norma y en el caso que no estuviera, se requeriría su reforma a cada vecino, además de abonar el alta que también tiene un coste cercano a los 150 euros.

Unos costes que estas familias, que estan siendo intervenidas desde servicios sociales por su vulnerabilidad y falta de ingresos, en principio tendrían dificultad en asumir.

La Koordinadora del Parke , que media entre los vecinos, ha presentado una queja en el Síndic de Greuges en contra del Ayuntamiento de Benetússer por el corte de suministro de agua a los vecinos de la finca “por su inacción ante la actuación de la compañía de agua, contratada por el consistorio, que ha dejado sin suministro de agua a familias en situación de vulnerabilidad social”.

El consistorio, por su parte, les ha citado para una reunión a finales de este mes de abril y les ha mandado un escrito exponiendo la situación actual y la dificultad de poder reponer el suministro de agua.  

María sigue en una habitación sin agua con su recién nacido

Estas familias de Benetússer no son desgraciadamente el único caso de personas que viven sin agua en l'Horta. María, empadronada en Tavernes Blanques para poder recibir la poca ayuda que obtiene, sigue viviendo en una habitación de una finca ocupa, con su recién nacido y su hijo menor, sin visos de mejorar su situación. El Ayuntamiento de Valencia se reunió con ella con el objetivo de poder empadronarla en la capital e incluirla en el sistema de atención municipal, algo que aún no se ha producido. Tampoco ningún banco de Tavernes ha autorizado aún a María abrir una cuenta para poder solicitar la renta de inclusión, ya que los únicos ingresos que tiene son los que consigue su marido con pequeños trabajos y la ayuda en comida que le da Cáritas y el consistorio de Tavernes, una ayuda con fecha de caducidad ya quela propietaria donde sigue empadronada María ha solicitado darle de baja del padrón al no vivir ya allí, algo que impediría ser atendida por Servicios Sociales del municipio y dejaría completamente desatendida a María y sus dos hijos, si no es empadronada en València.