“Desde septiembre subo cada día dos pisos con ocho garrafas de agua de la fuente para poder cocinar y asear a mis cinco hijos”

Las seis familias con nueve menores de Benetússer continúan sin agua porque la empresa se niega a dar suministro sin una orden expresa del consistorio pese a contar con informes de vulnerabilidad

Una mujer de las seis familias de Benetússer con las garrafas que llena de agua en la fuente tras no tener suministro.

Una mujer de las seis familias de Benetússer con las garrafas que llena de agua en la fuente tras no tener suministro. / JM López

Pilar Olaya

Pilar Olaya

Garrafas en la cocina y en el baño, cacerolas en el fuego con agua y barreños llenos de ropa sucia. Ese es el panorama con el que, día a día, tienen que convivir las seis familias con nueve menores que llevan desde el mes de septiembre sin agua en la finca que ocupan en la calle Virgen del Socorro de Benetússer. “Cada día subo dos pisos, por las escaleras porque el ascensor no funciona, con ocho garrafas de agua de ocho litros que lleno en la fuente de la plaza del Ayuntamiento. Cuatro por la mañana y cuatro por la tarde”, explica una de estas vecinas, que vive con su hijo mayor.

La situación de otra residente, sola y a cargo de cinco menores, es mucho peor. “Ayer estuve con un virus intestinal vomitando sin parar, una de mis hijas también, y no pude salir a por agua y está la casa por limpiar...”, señalaba esta mujer de apenas 30 años , que lloraba de frustración por la situación que viven. Abajo, otro vecino, con su mujer y un bebé, de apenas unos meses expresaba: “imagínate bañar a tu bebé con garrafas, tener que calentar el agua en la cacerola, así no se puede vivir”. “Lo peor es lavar la ropa. Se te acumula porque gastas mucha agua para poder lavarla bien”, añadía otra vecina.

Otra de las vecinas calienta el agua de la garrafa para poder asearse.

Otra de las vecinas calienta el agua de la garrafa para poder asearse. / JM López

Este es el día a día de las seis familias desde que una pequeña fuga el 9 de septiembre hizo que la Policía Local llamase a la empresa que ofrece el servicio de agua en el municipio, y ésta cortó el suministro. Después, pese a que la avería fue subsanada, con la ayuda de la Kordinadora de Kolectivos del Parke Alcosa que esta apoyando a los afectados, la contrata se negó a dar de nuevo el alta sin la autorización del propietario de la finca, que anda desaparecido y está siendo buscado judicialmente, con una orden expresa del Ayuntamiento de Benetússer.

“No podemos dar la orden de que restituyan el servicio porque se trata de una propiedad privada. Lo que hemos hecho aconsejados por la conselleria es realizar un informe de vulnerabilidad de las familias que con menores, que están siendo tratadas en Servicios Sociales, para pedir a la contrata que reponga el agua. Pero dicen que una petición no es suficiente, que necesitan una orden oficial municipal y eso no podemos”, señala la concejal de Servicios Sociales, Carmen Albors.

Los vecinos, afirman, están dispuestos a pagar mensualmente el agua si ponen un contador, pero para eso la empresa debe entrar a la finca y se niega sin la autorización del propietario o un decreto de alcaldía. Como ocurre, por ejemplo, en el tema de la falta de mantenimiento de los solares privados, el consistorio podría entrar de oficio con una orden judicial “pero eso alargaría muchísimo los plazos y estas familias necesitan una acción urgente”.

En la finca viven hasta 9 menores en situación de riesgo de exclusión.

En la finca viven hasta 9 menores en situación de riesgo de exclusión. / JM López

Es, por ello, que el consistorio ha convocado una mesa urgente este jueves con la Policía y Servicios Sociales para poder desbloquear esta situación. Uno de los principales puntos es saber por qué la empresa decidió cortar el agua cuando solo debía reparar la avería. “Ellos dicen que fue por orden policial, perola Policía lo niega. Se le ha pedido un informe de actuación a la contrata del día de la intervención, pero aún no nos ha llegado”, indican. Con todo, el objetivo principal es intentar contactar con el propietario para negociar con él o, en todo caso, si ha desatendido sus funciones, poder actuar legalmente.

Por su parte, la Koordinadora opina que tener agua es un derecho fundamental y más cuando se trata de personas en riesgo de exclusión social, además de considerar que su situación de okupas es lo que está impidiendo que se dé de alta el suministro. “¿De verdad alguien puede pensar que en este caso no hay intereses y prejuicios ideológicos que determinan la ley y las situaciones sociales? ¿De verdad alguien puede pensar que seria ilegal que la empresa repusiese el acceso al agua a estas personas, siendo solicitado por el propio ayuntamiento del que tienen la concesión?”, se preguntan.

Las familias no tienen  el ascensor operativo y deben subir las garrafas a pulso.

Las familias no tienen el ascensor operativo y deben subir las garrafas a pulso. / JM López

A la espera de pisos del EVHA

Todas las familias con menores que ocupan esta finca durante una media de cuatro años están siendo seguidas desde los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Benetússer. Están empadronadas, niñas y niños están escolarizados y reciben ayudas, ya sea de la renta de inclusión o de otro tipo. Su situación está más o menos normalizada, tal y como explica la educadora social, que tiene una relación directa con el grupo y que no sé explica como el derecho de estos menores a tener agua no está por encima de cualquier cosa.

Es por eso que desde Servicios Sociales, se ha solicitado a la EVHA (Entidad Valenciana de Vivienda y Suelo) otros pisos en condiciones para estas familias en riesgo de exclusión. “Las hemos solicitado con carácter de urgencia, firmadas tanto por la alcaldesa como por la secretaria”, señala Carmen Albors, edila de servicios sociales. Sin embargo, ya desde la EVHA advirtieron a este diario que lo más rápido para esas familias sería que se repusiera el agua “porque ya viven más o menos de forma normalizada en un lugar”, y no hay viviendas sociales en Benetússer. Por lo tanto, se les debería buscar otros destinos fuera de su entorno, algo que afectaría, sobre todo, a los menores escolarizados.

La empresa de aguas tapió la alcantarilla donde se accedía al suministro.

La empresa de aguas tapió la alcantarilla donde se accedía al suministro. / JM López