La falta de personal en Rocafort deja a dependientes sin asistencia

Familias del municipio denuncian que la reducción en un 50% de los trabajadores contratados para prestar la ayuda a domicilio (garantizada por ley) ha convertido este servicio en un "verdadero desastre"

Fachada de los Servicios Sociales de Rocafort

Fachada de los Servicios Sociales de Rocafort / Levante-EMV

Claudio Moreno

Claudio Moreno

Rocafort tiene un problema serio. El servicio de ayuda a domicilio sufre un atasco importante debido a la falta de trabajadores disponibles en Servicios Sociales, que han pasado de seis a solo tres auxiliares administrativas para un total de 31 usuarios -con una asignación de 235 horas mensuales-. Y algunas familias del municipio ya han empezado a mostrar su malestar. 

"Esto es un verdadero desastre, le están retirado el servicio a gente que lleva 10 años con él", denuncia María del Carmen Gónzalez sobre un "recorte" de personal que afecta a su madre de 96 años. "Ella es dependiente total, si no le das de comer no come, es un vegetal. Así de duro. Tenía tres ayudas domiciliarias concedidas, pero le retiraron dos, primero el de acostarla a las 2 del mediodía y después el servicio de lavarla por la mañana". 

Su madre se llama María López y entre los cinco hijos tratan de salvaguardar su dignidad. Pero necesitan toda la ayuda posible. La asistencia que la Ley de Dependencia les ha concedido. "Entre sus hijos la cuidamos, sin embargo es el Ayuntamiento a través del dinero que cede la Conselleria el que debe encargarse de ciertas labores. Es un servicio del municipio y no se está prestando porque no se cubren las plazas necesarias", señala la vecina de Rocafort. 

En una situación similar está María José Ballester, de 65 años, con esclerosis múltiple y absolutamente dependiente. Su marido Vicente cuenta que los Servicios Sociales del municipio han reducido sus horas de asistencia domiciliaria para poder asistir a otros usuarios, una política que termina por desatender a unos y otros. "Las trabajadoras no llegan o se tienen que ir antes de tiempo porque tienen que abarcar demasiado. Es un desastre y no solo de este mandato, en este pueblo estamos siempre igual", critica este camionero, que en su ausencia delega los cuidados en su hija: "Ella se hace cargo de su madre y eso impide que encuentre un trabajo decente". 

Entre las personas afectadas también está Antonio Casas, de 99 años y dependiente casi total. Su hija Isabel dice de él que aún conserva la salud y las facultades motrices, pero en el transcurrir de los años ha perdido cierto raciocinio. Y necesita un acompañamiento domiciliario que no siempre se presta. "Mi padre tiene concedida una hora de ayuda diaria donde deberían levantarle de la cama y ducharle, pero en los últimos meses las trabajadoras se han ausentado dos veces", relata Isabel. 

Tampoco hay jefe de Personal

Estos casos llegaron el lunes al pleno municipal como manifestación de una preocupación política que comparten todos los grupos. De seis trabajadores el Ayuntamiento ha perdido a tres. Uno está de baja y dos tenían el Contrato Programa de la Generalitat que ya ha expirado. Y si bien existe cierto consenso en estimar la gravedad del asunto, la interpretación de los hechos difiere entre gobierno y oposición. Así, el exalcalde y portavoz de PSPV, Rafael Ferrando, considera que los contratos -temporales- de la Generalitat debieron haberse encadenado con otros de la misma naturaleza, pero no se hizo por falta de previsión y porque la nueva concejala de Servicios Sociales ha debutado en la materia sin agilidad para afrontar el problema.

 Sin embargo, desde el gobierno municipal -de PP y Vox- responden que el problema ha sido provocado por el consistorio anterior, que debió haber dejado preparado el trámite de los nuevos contratos a sabiendas de los plazos tan lentos que maneja la Administración. "Contamos con el 50% de los recursos para atender el servicio y además tampoco tenemos jefe de Personal. El origen viene de antes, pero lo estamos sufriendo nosotros", insisten en el PP, añadiendo que son sensibles a la situación y por ello barajan tres opciones de cara a solventarla: contratar a más trabajadores -no se haría de manera inmediata-, externalizar el servicio o alcanzar un acuerdo de colaboración con la Diputación o la Generalitat. 

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