La reivindicación de una Semana Santa inclusiva vuelve con fuerza 24 años después

La petición de cambios se hará visible hoy en la concentración

Isabel Torres, con una camiseta reivindicativa, con su padre, el primer cofrade en pedir la inclusión. | M. ARRIBAS

Isabel Torres, con una camiseta reivindicativa, con su padre, el primer cofrade en pedir la inclusión. | M. ARRIBAS / mónica arribas. sagunt

Mónica Arribas

La reivindicación de una Semana Santa inclusiva volverá hoy a hacerse patente en Sagunt con la concentración programada esta tarde a las puertas de la ermita de La Sang, la sede de la cofradía con más de 500 años de historia que el año pasado rechazó en una votación integrar a las mujeres.

La demanda se visibilizará así en la calle, como ya ocurrió el año pasado, y regresará con fuerza 24 años después de que un cofrade, Virginio Torres, impulsara el primer intento fallido de que La Sang admita a mujeres.

En aquel 1999, Torres dio ese paso después de que su hija de 9 años, Isabel, le reclamara ser «capuchina», igual que él y que su hermano. «Me dijeron que no se podía y, por dos veces, pedí que todo esto constara en acta. No me hicieron caso y, al final, tuve que reunir firmas para poder tratar el tema en una junta general extraordinaria, donde lo rechazaron», recordaba Virginio a la puerta de la ermita, junto a su hija, en declaraciones a Levante-EMV.

Con una camiseta reivindicativa de la inclusión de las mujeres en esta fiesta considerada de Interés Nacional, Isabel admitía que nunca ha entendido ese veto, en nombre de la tradición. Por eso, reconoce que el año pasado, recibió «encantada» la noticia de que unos cofrades y un grupo de mujeres habían retomado esta demanda. «Yo me hice esta camiseta y vine con ella a la concentración para dejar claro que ‘yo también sería cofrade, si pudiera’. Ahora soy una más del colectivo de mujeres que demanda la inclusión en la cofradía de la Sang. Porque lo que queremos es estar en ella, como nuestros padres y hermanos; no crear una nueva, como proponen algunos», insistía.

Isabel remarcaba que «no hay un interés en cambiar nada» en los usos y costumbres de la fiesta. «Participaríamos en las procesiones como cualquier otro cofrade, llevando las mismas vestas que ellos y no ninguna indumentaria diferente», decía, remarcando que «por supuesto» las mujeres «podemos ser capaces de llevar andas a cuestas. ¿Por qué no?»

"Más posibilidades"

Después de que otro cofrade y otras mujeres hayan impulsado desde el año pasado la entrada de los dos sexos en la Sang, padre e hija consideraban que «ahora hay más posibilidades de conseguirlo». «Yo en 1999 sabía que era imposible, pero quería abrir esa ventana», admitía Virginio. «Ahora, solo por justicia social debería admitirse; pero a mí me gustaría que el cambio partiera desde Sagunto, desde la cofradía; no que fuera algo impuesto», añadía Isabel, al ser preguntada sobre qué opinaba de la carta que se envió hace unos meses al nuevo arzobispo para pedirle su intervención en este asunto, como ya hicieron hace tiempo otros prelados en diócesis de otros puntos de España.