Real da carpetazo al vertedero de residuos tóxicos

La siembra de semillas de especies arbustivas ha completado los trabajos de sellado y restauración del vertedero de residuos tóxicos y peligrosos de Real, que se darán hoy por finalizados, con lo que se pone fin a un conflicto de tres décadas, ya que la instalación fue clausurada oficialmente en el año 2003. 

El alcalde de Real, Gerardo López, ha confirmado que se ha completado debidamente el proyecto de restauración, tras la reunión mantenida este miércoles con el nuevo director general de Calidad Ambiental, Jorge Blanco, que tiene previsto visitar la partida de la Cabeza del Pino en las próximas semanas para conocer los trabajos realizados por la empresa que gestionaba del vertedero con una inversión de casi 700.000 euros, según el presupuesto del proyecto.

Real inicia la restauración del vertedero de residuos peligrosos

«Era un problema muy delicado que arrastraba Real y que, con mucho trabajo, se ha podido solucionar. Después de treinta años, ya era hora poder dar carpetazo a este tema», ha señalado alcalde, mientras explicaba que en los últimos días se han distribuido semillas y se han regado con una cuba para que el terreno recupere su estado original. 

Se trata de una zona muy árida del término municipal por lo que, cubiertos los vasos del antiguo vertedero, los técnicos consideran como opciones de futuro que es un buen emplazamiento para la instalación de placas solares. Los terrenos son de propiedad municipal.

«Era un problema muy delicado que arrastraba Real y que ha costado mucho solucionar, ya era hora»

Gerardo López

— Alcalde de Real

Con la restauración del vertedero de tóxicos de Real se pone el punto y final a una larga polémica que, a mediados de los años noventa, revolucionó el municipio y que dejó un poso en el pueblo que persiste. 

Los proyectos de ampliación de los vertederos que albergaba Real, uno de residuos sólidos urbanos y el de residuos tóxicos y peligrosos, generaron una fuerte reacción social y política que dio lugar incluso a una moción de censura al entonces alcalde, Francisco López, y un rechazo general a estas instalaciones, que se acabaron clausurando.

Clausurado desde 2003

En el caso de vertedero de tóxicos, el cierre oficial se produjo en 2003. La demora en acometer la restauración y el estado de abandono de la instalación con el paso de los años - «daba pena ver las lonas, las vallas tumbadas y las casetas derribadas», relata el alcalde– provocó que, por dos veces, el caso llegara a la Comisión Europea tras la queja presentada por el exalcalde Alejandro Blasco, uno de los referentes del movimiento ciudadano surgido en los noventa que derivó en la creación de una agrupación de electores que persiste. La Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo acabó emplazando a la Generalitat a forzar a la empresa a aportar la documentación que le reclamaba el ayuntamiento para conceder la licencia municipal. Esta autorización se cursó finalmente a principios del pasado mes de abril, tras otro largo tira y afloja. 

La empresa aseguraba que tanto en 2006 como en 2007 intentó iniciar los trámites sin obtener respuesta del ayuntamiento en un caso o sin poder acceder a las instalaciones por encontrarse precintadas en el segundo. El ayuntamiento, por su parte, alegó en 2014 que no constaba en sus archivos expediente alguno sobre el proyecto de sellado y restauración que, treinta años después de la clausura, se da por finalizado.