La planta de residuos sanitarios prevé abrir en Guadassuar en 2025 y tratar entre 1.000 y 1.500 toneladas al año

TMA asegura que la actividad que proyecta en Guadassuar «no conlleva ningún riesgo» y que en Catalunya gestiona instalaciones similares junto a zonas residenciales

La capacidad del complejo es, no obstante, de 3.800 toneladas

Nave construida en Guadassuar para la planta de residuos sanitarios.

Nave construida en Guadassuar para la planta de residuos sanitarios. / Perales Iborra

La firma Tecnología Medio Ambiente (TMA), la mercantil con sede en Sant Cugat del Vallés que impulsa una planta de residuos sanitarios en Guadassuar, estima que, en el mejor de los casos, estas instalaciones no entrarán en servicio hasta el año 2025 y, a través del director de la compañía, Andrés Sánchez, se mostró firme al señalar que esta actividad no conlleva «ningún peligro de contaminación», por lo que defiende que no está justificado el rechazo que este proyecto ha generado en algunos momentos en la Ribera.

«Es un sistema tan sencillo y tan operativo que no tiene ningún misterio ni ningún riesgo, es como un juguete», resume Sánchez, mientras relata que los residuos sanitarios llegarán a la planta en contenedores debidamente identificados y se someterán a un proceso en un circuito hermético (autoclave) donde, sin oxígeno y a elevadas temperaturas, se eliminan las bacterias. «Es como una olla a presión, cerrada herméticamente. Cuando salen se trituran, se compactan y van a un vertedero de residuos no peligrosos. No está justificado ningún temor. En Terrassa tenemos el autoclave al lado de las viviendas y también hay uno en el Hospital General de Cataluya porque es un tratamiento sencillo y seguro», destaca el directivo de esta empresa del grupo F. Sánchez que, por otra parte, considera que se trata de una planta «irrisoria» desde el punto de vista del volumen de residuos que se prevé tratar.

La planta se diseñó en su día con capacidad para tratar hasta 3.800 toneladas de residuos sanitarios al año aunque la previsión de la empresa, dadas las características del mercado y el tipo de residuos, es que «como mucho» puedan llegar a Guadassuar entre 1.000 y 1.500 toneladas al año. La planta también se concibe como un centro de transferencia de algunos residuos, denominados del grupo IV, que se prevé almacenar antes de su traslado a Tarragona para la incineración. En este caso, se trata de cámaras frigoríficas con capacidad para almacenar 10,5 toneladas y un volumen máximo anual de 2.835 toneladas.

El proyecto se arrastra desde hace prácticamente dos décadas. En un primer momento, la empresa construyó la nave en el polígono la Garrofera de Guadassuar, pendiente de urbanizar, y el proyecto quedó paralizado por problemas urbanísticos. TMA reactivó esta apuesta por Guadassuar en 2015 y se encontró con una resolución de la dirección general de Cambio Climático y Calidad Ambiental denegatoria.

La empresa interpuso un contencioso, que ganó, lo que le ha permitido reactivar el proyecto, que ha logrado un informe ambiental favorable en el proceso de obtener la autorización ambiental.

La empresa defiende que la sentencia le reconoce el derecho a obtener las licencias

El director de TMA señala que la sentencia del contencioso que ganó a la Conselleria de Medio Ambiente elimina cualquier escollo y «reconoce que nos tienen que dar las autorizaciones para trabajar» aunque, tras el largo proceso que ya arrastra la planta, asume que es la Administración la que marca los pasos.

Andrés Sánchez prevé una inversión de 1,5 millones de euros en maquinaria -la nave está ya construida- y estima que, como pronto, la planta podrá estar operativa en el año 2025.

Entre operarios en la instalación y los vehículos de recogida considera que se generarán una veintena de empleos y comenta que se suele dar prioridad a vecinos del municipio en el que se ubican.

Sobre la ausencia de servicios urbanísticos en el polígono -la parcela carece de agua-, Sánchez defiende que para TMA «no es un problema» ya que el consumo de agua es mínimo y puede abastecerse con un depósito. Defiende que el ayuntamiento trabaja en desbloquear la urbanización y que antes o después se tendrá que urbanizar el polígono.

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