La Ribera multiplica por diez las noches tórridas que registraba hace solo 40 años

La temperatura nocturna no desciende de los 25 ºC en cuarenta días durante 2023, cuando en los ochenta apenas se registraban cuatro o cinco

Alzira nota más de 90 noches tropicales (por encima de los 20 ºC) al año en el último trienio

Amanecer nublado y rosado en Sumacàrcer.

Amanecer nublado y rosado en Sumacàrcer. / Fermín García

Rubén Sebastián

Rubén Sebastián

Aunque no lo parezca en estos días de abrigos y bufandas, 2023 está considerado ya el año más cálido desde que existen registros, a nivel global. Una gran parte de los días ha registrado temperaturas por encima de la media habitual. Y no se trata de una circunstancia extraordinaria. Más bien es una tendencia. En el último trienio, Alzira ha superado las noventa noches tropicales al año. Es decir, en las que el termómetro no ha descendido de los veinte grados centígrados. Se trata de una cifra seis veces mayor a los valores establecidos hace cuatro décadas. En el caso de las llamadas noches tórridas (con mínimas por encima de los 25 ºC), el dato se multiplica por diez si se compara con lo que sucedía en los ochenta.

Los datos, recopilados por el meteorólogo de Inforatge Jovi Esteve, respaldan la cada vez menos cuestionada tesis sobre el cambio climático y el calentamiento global. «Hemos alcanzado un punto en el que, en verano, prácticamente todas las noches son ya tropicales y cada vez es más común que nos encontremos con noches tórridas. No hace tanto tiempo, era impensable pensar que las temperaturas nocturnas no bajaran de los 25 grados», apunta el experto.

Los datos son contundentes. Mientras que en los años ochenta se registraban alrededor de quince noches tropicales al año y apenas tres o cuatro alcanzaban el grado de tórridas, estos valores no paran de crecer con el paso del tiempo. Alzira ha anotado más de noventa noches tropicales en cada uno de los tres últimos años. En este 2023, hasta en cuarenta ocasiones la temperatura nocturna no descendió de los 25 grados.

«Los registros térmicos estivales se han adelantado quince días y se han atrasado otros tantos, lo que en la práctica significa que hemos ganado un mes de verano», explica Esteve. Igualmente, los días de elevadas temperaturas son cada vez más comunes fuera de su estación correspondiente. Alzira anotó en marzo la primera noche tropical del año, mientras que la última se produjo en el mes de octubre. «Vamos a cerrar un año en el que el 70 % de los días han sido más cálidos de lo que indica el promedio de los últimos años», añade el meteorólogo de Algemesí, que prosigue: «Y la temperatura ambiente no es la única que ha crecido. Mientras que, desde los ochenta, la temperatura media del aire ha aumentado en 0,7 grados, la del mar duplica dicho registro. Esto se traduce en más vapor de agua y la aparición de más fenómenos extremos».

Pocas lluvias

A las temperaturas elevadas se suma otro factor más: «Hemos contado también con una elevada humedad relativa, lo que acrecenta la sensación de calor», indica Esteve. Sin embargo, sería un error pensar que esta humedad tiene que ver con la proliferación de episodios de precipitaciones, ya que ha sido lo contrario. «La inmensa mayoría de observatorios meteorológicos de la Ribera cerrará con un déficit de lluvias superior al 30%», subraya el experto. Tan solo localidades como Algemesí o Albalat, que quedaron anegadas por el paso de una Dana en septiembre, presentan un balance anual cerca de los valores que se consideran normales.

«En resumen, 2023 ha sido un año extremadamente cálido y seco. Debemos acostumbrarnos a esta situación y prepararnos porque, incluso si eliminásemos de golpe las emisiones nocivas, el calentamiento global continuaría durante varios años», concluye. Esteve,

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