El agua escasea en la Ribera: sólo uno de los últimos 16 meses ha registrado 100 litros de lluvia

Únicamente el pasado mes de septiembre se superó dicho registro al pasar por la Ribera una dana que dejó inundaciones en varias localidades

En casi año y medio, hasta seis meses se han saldado con menos de cinco litros por metro cuadrado

Son pocos los nubarrones con lluvia que se han podido captar en los últimos meses.

Son pocos los nubarrones con lluvia que se han podido captar en los últimos meses. / Elena Vidal

Rubén Sebastián

Rubén Sebastián

Reza el dicho popular que nunca llueve a gusto de todos. Sin embargo, una versión más acorde a estos tiempos debería ser más breve: (casi) nunca llueve. La escasez de precipitaciones se ha convertido en norma durante más de un año. De hecho, un dato muy significativo lo ejemplifica. Alzira solo ha registrado más de cien litros por metro cuadrado una vez en los últimos dieciséis meses

Históricamente, tanto la primavera como el otoño han sido épocas propicias para las lluvias. Y todavía se recuerdan las tormentas de verano, tan refrescantes como peligrosas. O las de invierno, que invitaban a quedarse en casa bajo la manta. Sin embargo, la comarca se encuentra en uno de esos periodos secos en los que el agua que cae del cielo es más bien escasa. Los paraguas cogen polvo ante la falta de uso.

Un ejemplo claro es el ya mencionado. Si se analiza la evolución de los últimos meses de la estación de la Associació Valenciana de Meteorologia en el Ayuntamiento de Alzira, la falta de lluvias significativas resulta preocupante. Entre marzo y octubre de 2022, se excedieron los cien litros por metro cuadrado en tres meses (marzo, con 283,6 l/m²; abril, con 128,4 l/m²; y octubre, con 317,6 l/m²). Desde entonces, solo se ha superado la barrera de los cien litros una única vez: septiembre de 2023 (240,6 l/m²). Este registro se debe un episodio de lluvia extrema que provocó inundaciones en localidades como Algemesí o Albalat.

Altas temperaturas

Además, el balance muestra que en seis meses del año pasado el registro pluviométrico ni siquiera alcanzó los cuatro litros por metro cuadrado. Es el caso de: enero (0,4 l/m²), marzo (2,8 l/m²), abril (2,2 l/m²), octubre (3,8 l/m²), noviembre (2,4 l/m²) y diciembre (1,2 l/m²). El inicio de 2024 tampoco ha sido especialmente lluvioso. La misma estación recogió 18,4 litros en enero y nueve en febrero. 

Los termómetros registran temperaturas primaverales en cualquier época del año.

Los termómetros registran temperaturas primaverales en cualquier época del año. / Perales Iborra

La ausencia de lluvias ha estado acompañada por unos registros de temperatura más elevados de lo normal. Como ya adelantó Levante-EMV, algunas localidades de la Ribera como Carcaixent o Sumacàrcer han alcanzado o superado los veinte grados en la mitad de los días entre diciembre y febrero. Unos valores ampliamente extendidos en el resto de la comarca, a excepción de los municipios costeros.

No es de extrañar que el último balance elaborado por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), referente al mes de febrero, haya constatado anomalías térmicas positivas de más de tres grados en la comarca o déficits de precipitaciones de hasta el 90 %. 

Cinco meses de déficit

Si se echa la vista hacia atrás, tan solo el mes de septiembre dejó superávits de lluvia. El paso de una Dana disparó todos los registros. Además, se produjeron diversos episodios que, a la postre, serían los únicos que han dejado precipitaciones importantes en la Ribera. De hecho, la propia agencia de meteorología ha destacado el carácter seco de los últimos cinco meses, los cuales se han saldado con déficits de hasta el 100 %. Dicho de otro modo, no ha caído ni una gota ni siquiera en las épocas en las que, históricamente, es habitual.

La tendencia parece no tener fin, con temperaturas cada vez más elevadas y lluvias escasas. Las previsiones de las próximas jornadas, de hecho, dibujan una semana de inicio de Fallas calurosa y ni un solo nubarrón amenaza la fiesta. Al mismo tiempo que esto sucede, los registros pluviométricos más destacados son fruto de episodios explosivos y virulentos, con precipitaciones muy potentes en cortos periodos de tiempo que suelen provocar más daños que beneficios. 

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