Gandia encarga al Consell de la Infància el diseño de un parque "como el de Gulliver"

«¿Te imaginas un parque infantil como el Gulliver de València en el parque de Ausiàs March?». La respuesta a esta pregunta es sí simplemente porque quien la formuló hace apenas unos días a través de sus redes sociales es el alcalde de Gandia, José Manuel Prieto, y él mismo añadía: «Ponemos en marcha un proyecto ilusionante en el que los niños y niñas tendrán mucho que decir».

La que puede considerarse como una de las primeras promesas electorales concretas surgió el pasado 15 de noviembre durante la constitución del quinto Consell de la Infància de Gandia, un órgano consultivo integrado por menores que eligen democráticamente en los colegios de esta ciudad.

La concejala delegada para Asuntos de la Infancia, Liduvina Gil, ha explicado a este periódico que la propuesta del alcalde en realidad ya está en marcha, pero ese proyecto singular también tendrá una proceso nada habitual.

En primer lugar, no se trata de copiar estrictamente el Gulliver del parque del Túria de València, sino el concepto. La idea es crear una gran zona de actividad para los niños y niñas de Gandia, que va mucho más allá de las zonas de juegos que ya existen en parques, plazas y colegios de la ciudad.

Para poder acoger sus dimensiones sin ningún problema, el alcalde ha anunciado el parque de Ausiàs March. En primer lugar porque allí se puede disponer de una enorme superficie rodeada de jardines y, en segundo, porque está a un paso del centro de la ciudad y de los distritos del Raval y de Corea gracias a la pasarela del paseo de les Germanies y los puentes Nou y Vell que llevan a ese lugar. Salvando las distancias entre la capital valenciana y la de la Safor, el emplazamiento tiene sus similitudes con el parque de lo que fue la rambla del Turia en València porque el parque de Ausiàs March, que suma alrededor de 90.000 metros cuadrados de espacios verdes y viales, también registra una elevada afluencia de personas para pasear, sentarse al sol y, a veces, tratar de aislarse del trasiego de la ciudad.

Otro aspecto singular va a ser la forma de diseñar el parque infantil. La concejala Gil apunta que es decisión del alcalde que los niños y niñas adopten un papel relevante en esa labor porque van a ser los usuarios de la instalación. Lo más probable es que surja una idea inicial, en la que también estarán técnicos en la materia, y después ir modulándola a medida que se aporten las iniciativas de los menores.

Algo muy similar ya ha hecho Gandia con la llamada «plaza de la Salut», situada en el espacio libre que quedó con el derribo del antiguo hospital Francesc de Borja, con el fin de que el diseño contribuya también al bienestar general de quienes acudan a los distintos servicios médicos y de atención sociosanitaria que acogerán los edificios que se están construyendo en este momento.

El «Gulliver» gandiense no tiene ni fecha ni presupuesto porque tampoco se ha comenzado a definir el proyecto, pero la concejala Gil indica que se trata de una actuación que se ejecutará previsiblemente entre el próximo año y el siguiente porque existe la voluntad de convertir en realidad el «encargo» que el Gobierno local ha trasladado al Consell de la Infància.

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