El joven que mató a su tío junto a la Finca Roja le atacó porque creía que iba a causar daño a su madre

José Yücel G. K., de 28 años, que está en tratamiento por una patología cerebral, consideraba que protegía y defendía a su madre

La mala relación entre su progenitora y el hermano de esta se había agudizado con el reparto de la herencia tras la muerte de la abuela del detenido

El cuerpo de la víctima, Javier Gómez, de 64 años, yace sobre la acera, tras el brutal acuchillamiento por parte de su sobrino.

Foto: M. Á. Montesinos | Vídeo: Ignacio Cabanes

Teresa Domínguez

Teresa Domínguez

Una explosión de ira mezclada con un fuerte sentimiento de protección hacia su madre. Esa parece ser la verdadera razón del brutal asesinato de Javier Gómez, de 64 años, junto a la Finca Roja de València, que recibió una treintena de cuchilladas a manos presuntamente de su sobrino, José Yücel G. K., de 28 años, quien ha escrito así el último y violento capítulo de una largamente deteriorada relación entre dos hermanos: la madre del joven y su tío carnal, enfrentados desde hace más de una década. Esa parece ser la clave. El reparto de la herencia que había dejado la madre de ambos (y abuela del detenido) tras su reciente fallecimiento parece haber sido solo el catalizador que precipitó el crimen, alimentado por esa pésima relación entre hermanos, en la que se han vivido momentos especialmente tensos, incluido un supuesto desalojo de Yücel y de su madre de un piso familiar por parte de Javier.

Según la información a la que ha tenido acceso Levante-EMV, el presunto parricida, que esta mañana será puesto a disposicion del juez de Instrucción número 18 de València, que se ocupa del caso desde que se produjo el crimen ya que ese día estaba en funciones de guardia, se acogió este jueves a su derecho a no declarar ante el grupo de Homicidios de la Policía Nacional, asisitido por su abogado, el penalista valenciano Miguel Ferrer, del despacho Ferrer&Cogollos. Lo hará, probablemente, ante el juez.

Pruebas irrefutables

Las pruebas testificales y materiales contra él son irrefutables, ya que cometió el crimen a una hora, las 17.15 horas, y en punto de la ciudad, el número 17 de la calle Albacete, muy cerca de la Finca Roja, especialmente concurridas porque coincidió con la salida del alumnado del colegio Santo Tomás de Villanueva-Agustinos y las gestiones habituales del vecindario, como hacer recados, ir a la compra o, simplemente, pasear o tomar algo en una terraza tras una jornada laboral.

Por ello, fueron numerosos los testigos directos del ataque letal. Pero, el principal fue el abogado que estaba ayudando a los hermanos Gómez a alcanzar un acuerdo en el reparto de la herencia de la madre de ambos y abuela del agresor, fallecida recientemente. Ese letrado, a cuyo despacho acudía la víctima esa tarde, estaba hablando por el videoportero con el tío del agresor, ya que acababa de llamar al timbre.

Una treintena de cuchilladas

El asesor jurídico asistió, impotente y horrorizado, al momento en que José Yücel G. K. empezó a acuchillar con una saña inusitada a su tío por la espalda. Según las fuentes consultadas, la víctima tiene cerca de una treintena de lesiones en la cabeza, el tórax, el abdomen... Todas infligidas con el cuchillo que finalmente se quedó clavado en su pecho, mientras su sobrino trataba de huir. El hachuela que llevaba en la mochila ni siquiera tuvo tiempo de usarla.

Asesinato en la calle Albacete de València

El cuerpo sin vida de Javier Gómez, de 64 años, yace sobre la acera de la calle Albacete. / Miguel Ángel Montesinos.

Así, no hay sombra de duda acerca de la autoría, de manera que las responsabilidades en este proceso judicial se jugarán en el tablero del estado mental y conductual que José Yücel tenía, sobre todo, en ese momento, pero también en los meses anteriores.

Padece síndrome de la silla turca vacía

De momento, se sabe que tiene diagnosticada una enfermedad conocida como síndrome de la silla turca vacía, que causa un importante engrosamiento óseo de la parte del cráneo más próxima a la hipófisis, y acaba ejerciendo una fuerte presión sobre esa glándula. En niños, compromete el normal crecimiento. En adultos, ocasiona fortísimos dolores de cabeza, trastornos sexuales y otros problemas.

En el caso de Yücel G. K., los médicos tenían previsto intervenirle en breve para, entre otras cosas, descartar que tenga tumores cerebrales como consecuencia de esa anomalía, ya que un reciente TAC le había detectado una lesión en la silla turca. La pregunta del millón es si esa patología puede haber alterado (o ayudado a alterar) su conducta y si agudizó la situación de estrés emocional que le generaba el constante conflicto familiar, que conocía sobre todo a través de la versión de su madre, a la que parece estar especialmente unido.

El efecto olla a presión

La Policía cree que, casi con toda certeza, ese goteo minó y moldeó la decisión del presunto asesino, que había vivido, entre otras cosas, que su tío les hiciera irse, al parecer, de un piso familiar o que su madre acusara a su hermano Javier de no haber estado a la altura en los cuidados y atenciones a la madre de ambos, sobre todo en sus útimos años de vida, a pesar de lo cual iba a optar a la herencia en las mismas condiciones que ella, algo que consideraba injusto.

La situación entre los hermanos era tan mala que el abogado incluso los había citado con varios días de diferencia para firmar el último acuerdo, previamente consensuado en varias sesiones, antes de ir al notario a formalizar definitivamente el reparto.

La madre y Yücel habían acudido a firmar el viernes y Javier, el hermano y tío, respectivamente, de los anteriores, tenía cita para hacerlo a las 17.30 horas del martes, 21 de mayo. No llegó. Justo cuando llamaba al timbre, su sobrino lo cosió a cuchilladas. Hoy, el fiscal y el juez decidirán sobre su futuro inmediato.

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