Domingo de resurrección

532 hinchas animarán al equipo blanquinegro

Cavani se fotografió con
aficionados del
Valencia.  j.m.lópez

Cavani se fotografió con aficionados del Valencia. j.m.lópez / Andrés García. València

Andrés García

Rubén Baraja y Rubi se encargaron de quitarle trascedencia al partido en sus ruedas de prensa. Ninguno quiere más presión de la que ya tienen. «Todavía no hay tiempo», coincidieron los técnicos. Pero el Almería-Valencia de esta tarde en el Power Horse Stadium es lo más parecido a una final. A una final por la salvación. Y el Valencia está obligado a ganarla. Solo quedan once jornadas para que finalice LaLiga y cada vez hay menos margen de error. Una victoria en tierras almerienses haría bueno el empate contra el Rayo Vallecano, cortaría la peor racha visitante de la historia, mantendría al equipo fuera de los puestos de descenso a segunda división y supondría un golpe de efecto hacia la permanencia. Un mensaje en toda regla a los rivales directos. Una derrota, por contra, es sinónimo de drama. Perder sería muy peligrosa porque devolvería al Valencia a la zona roja, abriría otra vez el cajón de las dudas y permitiría al Almería abrir una brecha de tres puntos que en realidad serían cuatro por la ventaja del gol-average particular. En los duelos directos está prohibido fallar. Son las reglas de este mes de abril decisivo para el futuro del equipo y la supervivencia del club. Ganar es la vida. Hoy más que nunca tiene que ser un domingo de resurrección.

Domingo de resurrección

Domingo de resurrección / Andrés García. València

El Valencia y el Almería llegan empatados a 27 puntos en la zona baja de la tabla. Ganar es dejar muy tocado a un rival directo. El partido es de siete puntos. Los tres que ganas, los tres que dejaría de sumar el rival y la ventaja del gol-average (2-2 en la primera vuelta en Mestalla). Si los de Baraja ganan distanciarán al Almería en tres puntos más el gol-average a favor. Un colchón de dos partidos demasiado importante como para desaprovecharlo a estas alturas de la competición doméstica.

La jornada 28 brinda al Valencia otra oportunidad de oro para dar un paso adelante hacia la permanencia en la categoría. Los resultados de los rivales directos vuelven a acompañar como sucedió la semana pasada. Perdió el Espanyol en el debut de Luis García en el banquillo y el Getafe, mientras que el Sevilla no pasaron del empate. Además, los del Pipo jugarán sabiendo lo que haya pasado antes en el Valladolid-Mallorca y en el Betis-Cádiz. Puede ser una jornada redonda. Y esta vez no se puede desaprovechar.

Para ganar el Valencia tendrá que superar su gran asignatura pendiente de la temporada: los partidos a domicilio. El equipo llega a Almería con la peor racha visitantes de su historia. Los registros no pueden ser peores: siete derrotas consecutivas lejos de Mestalla (Villarreal, Valladolid, Real Madrid, Girona, Getafe, Barcelona y Atlético) y 609 minutos sin marcar.

Caravana de ayuda

La diferencia con respecto a los últimos desplazamientos es que el equipo estará arropado por 530 aficionados que agotaron las entradas en ocho minutos. Mestalla jugará en Almería en un viaje sufragado íntegramente por los jugadores de la plantilla. Los ocho autobuses partirán desde la Avenida de Aragón a las 7:30 horas. El Almería, por contra, ofreció tres entradas por socio a precio reducido para el partidos. Hay mucho en juego. Y los clubes lo saben.