El Pipo y Peter Lim, dos caminos distintos en clave de futuro

Baraja ambiciona un Valencia que crezca sin descapitalizarse y el máximo accionista empequeñece el club en cada toma de decisiones

El fichaje de Baraja fue oficial el 14 de febrero y un día después fue presentado en Mestalla.  | F. CALABUIG

El fichaje de Baraja fue oficial el 14 de febrero y un día después fue presentado en Mestalla. | F. CALABUIG / andrés garcía. Valencia

Andrés García

El Pipo salvó al equipo del descenso en la última jornada con su agónico empate en el Villamarín y se ganó la renovación. El vallisoletano fue el elegido por el ‘local management’ (todavía con poderes) para seguir al frente del banquillo. La influencia de Baraja en la planificación deportiva se convirtió en el principal tema de conflicto durante las negociaciones. Diez días después de sellar la permanencia en primera, Rubén estampó la firma en su nuevo contrato hasta el próximo 30 de junio de 2025 sin ninguna cláusula de escape. El consenso y la toma de decisiones del Valencia de Valencia duró hasta el fichaje de Pepelu. A partir de ahí todo fueron piedras en el camino en clave mercado. Diez salidas y solo cuatro incorporaciones en verano: Pepelu, Sergi Canós, Selim Amallah y Roman Yaremchuk (su prioridad era Rafa Mir) sin contar la opción de compra de Cenk. Baraja se sintió engañado, aunque llevó el enfado por dentro. Su respuesta fue construir un equipo competitivo con las pocas herramientas que disponía. A pesar de su espectacular primera vuelta, la historia se repitió en la ventana de invierno con la llegada del joven Peter Federico. Lejos de reforzar la plantilla, Meriton la debilitó con la salida de Gabriel Paulista y el fichaje de nuevo frustrado de Rafa Mir cuando lo daba por hecho. Dos movimientos que, por primera vez desde su llegada al club, hicieron pública su desencuentro. «En el Valencia prima lo económico a lo deportivo», dijo. Baraja señaló a Singapur y se negó a hacer de portavoz al estilo José Bordalás: «Estas explicaciones las tiene que dar el club o en este caso Corona».

La herida está abierta. Falta que no se haga más grande. Baraja tiene contrato hasta 2025. ¿Lo cumplirá? El Pipo se lo tendrá que pensar mucho en verano. Lo que está claro es que los caminos de Peter Lim y Baraja se separarán tarde o temprano. Solo hay que escuchar las últimos entrevistas del técnico. Mientras Baraja ambiciona un Valencia que crezca sin descapitalizarse, el máximo accionista empequeñece el club en cada toma de decisiones. El Pipo, ahora más que nunca, es la vida.