El plan del Cabanyal prevé 1.150 viviendas y ganar un 7% de población en 15 años

La Comisión de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de València ha aprobado hoy la última versión del plan especial del Cabanyal (PEC), incorporadas ya las correcciones y alegaciones recibidas en la nueva fase de exposición pública del documento, que el jueves llegará al pleno y se remitirá a la Comisión territorial de Urbanismo (Conselleria de Territorio) para su aprobación definitiva. Una nueva hoja de ruta para el antiguo barrio de pescadores, declarado Bien de Interés Cultural, que llega tras seis años de tramitación y varias correcciones sobre la versión inicial, a instancias de los vecinos, entre ellas el incremento en un 47% de las zonas verdes (el nuevo plan prevé tres ejes verdes), la rebaja de alturas, la renaturalización del paseo marítimo y un nuevo encuentro a modo de bosque urbano de la avenida de Blasco Ibáñez con el barrio.

La aprobación de un nuevo plan sin derribos, de la que ha dado cuenta en rueda de prensa la vicealcaldesa, Sandra Gómez, es la alternativa al anterior plan urbanístico (Pepri) que preveía el derribo de 1.600 viviendas del conjunto protegido, declarado Bien de Interés Cultural, para que, en palabras de la también concejala de Desarrollo Urbano, los vecinos "de Pla del Real y el centro pudieran llegar en coche en cinco minutos a la playa". Con un horizonte de ejecución de 15 años el nuevo plan urbanístico, que incluye 1.150 viviendas, de las que el 60% (700) será de protección pública, preferiblemente de alquiler, y que concentra la edificación terciaria (para "hotel o para oficinas") en una torre de 15 plantas en Eugenia Viñes, junto a los Docks y la Marina de València. Una edificación en altura que el ayuntamiento insiste en mantener pese a los reparos por su impacto visual y falta de armonía con la arquitectura del barrio.

Será el único hito en altura del barrio, donde no se permitirán en zona protegida más de dos o tres alturas, aunque en las nuevas unidades de ejecución previstas en Doctor Lluch y Eugenia Viñes, en el descartado PAI de las Piscinas Olímpicas, se podrán edificar, "evocando la tipología" característica del barrio modernista, hasta cinco. Las limitaciones de alturas han sido otra de las exigencias de los vecinos del Cabanyal.

Se reconstruye lo que se derribó

Sandra Gómez justificó la edificabilidad residencial y terciaria prevista en el nuevo plan quienes han abogado por eliminarla por completo y aseguró que "se van a construir prácticamente las mismas viviendas que se derribaron" en su día, en Doctor Lluch, para la nueva línea del tranvía, y en Eugenia Viñes, donde numerosas villas marineras burguesas que daban singularidad al frente marítimo del Cabanyal y el Canyamelar fueron derribadas y de las que apenas se salvaron unas cuantas, entre ellas, el chalé de Demetrio Ribes.

El nuevo plan del Cabanyal tiene cuatro objetivos: vertebrar el barrio a través de nuevos ejes verdes, construir nuevas dotaciones de proximidad, proteger el uso residencial y evitar la gentrificación y la turistificación del barrio (donde no podrá haber más de un 10% de viviendas de uso turístico por manzana) y, por último, proteger el valor patrimonial del barrio, donde se catalonga 1.600 edificios.

La rehabilitación es uno de los pilares del plan que, sin embargo, no se prevén medidas concretas para las cerca de 600 viviendas, dispersas o en edificios completos, que el ayuntamiento compró en su día para derribar y prolongar la avenida Blasco Ibáñez. Parte de las propiedades municipales se han subastado ya, pero quedan otras muchas en espera de rehabilitación. Entre estas se incluyen los bloques portuarios, donde sí hay prevista una actuación municipal para el derribo y reedificación de los degradados bloques de viviendas sociales, muchas ocupadas, propiedad en gran parte de la Generalitat y el Ayuntamiento.

La vicealcaldesa aseguró al respecto a las viviendas municipales sin rehabilitar que "son competencia de la concejalía de Vivienda", en manos de Compromís, y recordó que a través del plan ARRU se han rehabilitado ya 500 viviendas en el barrio. También apuntó ante las críticas sobre la demora del plan que se ha ido avanzando en la construcción de las nuevas dotaciones, como el Centro Cívico de la calle San Pedro, lo que fue la "zona cero" de los derribos, una de la calles reurbanizadas en los últimos años en el barrio donde se han invertido 25 millones de euros en mejora de las calles. Queda mucho por hacer. En la misma calle San Pedro existe un gran solar un vacío urbano donde el plan del Cabanyal prevé reconstruir lo derribado y donde se tendrá que respetar la trama y tipología urbana de viviendas bajas.

La oposición se ha abstenido en la votación del nuevo plan del Cabanyal. El concejal de Ciudadanos Narciso Estellés asegura que el plan se aprobará sin resolver algunos aspectos que "sin ser críticos" si deberían quedar zanjados antes de la pasar por el pleno.