La Indumentaria pide también su museo
El Gremio de Sastres y Modistas reclama a las instituciones un espacio dedicado al vestir tradicional porque «es anterior incluso a las Fallas»
«Antes de que hubiera Fallas ya había indumentaria. Y no es de recibo que Madrid tenga un Museo del Traje, incluyendo vestimentas típicas regionales; o que Barcelona tenga su propio Museo de la Indumentaria, y que València, con la tradición que tiene en ese sentido, no la tenga». Si no quieres un Museo, dos. A las instituciones les sale una reivindicación que sumar al proyectado Museo de las Fallas Patrimonio de la Humanidad que pretenden desarrollar en el antiguo edificio de Correos.
Es el Gremio de Sastres y Modistas el que lanza esta reivindicación atendiendo «a la importancia que tiene nuestra actividad y la historia desarrollada a lo largo de los siglos». Lo hizo su presidente, Fran Tochena, aprovechando el fin de curso de los alumnos de la escuela gremial, cuyas cifras hablan de una profesión en franca progresión: 160 participantes este año, de los que «la indumentaria se lleva la mitad». Indumentaria Valenciana -los trajes pensados en las Fallas- e Indumentaria Valenciana Tradicional -reproducción fiel de modelos antiguos- muestran que el sector ha superado los rigores de la pandemia.
«Si: en aquel momento tuvimos que movilizarnos y toda la profesión presentó y promovió la campaña «Salvem la Indumentaria» porque es verdad que el oficio estaba amenazado. Muy amenazado. Como todos los demás, pero el nuestro, al ser altamente especializado, precisaba de ayudas para sostenerse, sobre todo ayudando en los gastos. Y podemos decir que, entre los agremiados, todos resistieron. Fue una labor de todos: las instituciones, los profesionales y también los clientes, que en el peor momento seguían encargando cosas».
La consecuencia de la supervivencia es que, ahora mismo, «la indumentaria está seguramente en el mejor momento. La temporada pasada fue lo nunca visto y ésta apunta a más o menos lo mismo o más. Es lo importante: que hemos vuelto y muy bien. La gente quiere participar en las Fallas, en sus fiestas de poblaciones, hacer bailes tradicionales...». Quizá por este motivo, esta semana haya trascendido que un contrato tan aparentemente mediático como la indumentaria de las falleras mayores de València, haya quedado desierto en más de la mitad de sus propuestas.
Los licenciados de los cursos del Gremio «salen capacitados para ejercer como profesionales completos. Saben tomar medidas, hacer patrones, cortar y coser. Para poder establecerse o para trabajar para otras firmas de indumentaria. Que, además, nos lo solicitan». A las relacionadas con la indumentaria se suman los cursos de modistería y costura.
Siglos de existencia
Razones, por otra parte, para reclamar un espacio expositivo permanente. «La indumentaria, en estos momentos, puede exhibir todavía piezas con siglos de vida (el propio Gremio ha celebrado 775 años de existencia). Fondos originales, que son esenciales para que los profesionales aprendan aún más y que los curiosos puedan disfrutar de aquellas prendas originales que no tienen ni una sola puntada mecánica. Están guardados en colecciones particulares y estoy convencido de que les gustaría mostrarlos en un espacio museístico. El Gremio aportaría sus cursos y generar escuela. Pero tenemos claro que sería de los más visitados de la ciudad». La indumentaria forma parte esencial de los elementos que hacen de las Fallas un concepto singular, pero «l’agulla i el cisell» también se reivindica por sí misma.
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