València mantendrá los presupuestos participativos, pero cambiará el método para recoger propuestas

La idea es trabajar con encuestas, quejas y sugerencias, y reuniones vecinales

"Vamos a buscar fórmulas para que 50 vecinos no decidan por todo un barrio"

Plaza de Santa Mónica, proyecto de los presupuestos participativos.

Plaza de Santa Mónica, proyecto de los presupuestos participativos. / Levante-EMV

José Parrilla

José Parrilla

Los presupuestos participativos del Ayuntamiento de València están en revisión. No van a desaparecer. Se van a mantener y tendrán asignación propia en los presupuestos municipales de 2024. «Somos partidarios de la participación ciudadana», dijeron fuentes municipales. Lo que cambiará será el método para su elaboración, que superará el modelo actual de propuesta personalizada, criba de los técnicos municipales y voto ciudadano. La idea, ahora, es que ese proceso de participación ciudadana se haga mediante encuestas en los barrios, análisis de quejas y sugerencias o mediante reuniones con las entidades vecinales. «Vamos a buscar la fórmula para que 50 vecinos no decidan por todo un barrio», dijeron fuentes municipales.

Los presupuestos participativos, conocidos oficialmente como DecidimVLC, fueron creados por el anterior equipo de gobierno, primero con una asignación de 7 millones en los presupuestos municipales, luego con 8 millones anuales y últimamente con 16 millones para dos ejercicios.

Cada uno de los distritos de València tiene una cantidad asignada y todos los vecinos o entidades pueden hacer sus propuestas, que solo pasan el corte si cosechan al menos 30 votos. Y luego son los técnicos municipales los que hacen al menos dos cribas para eliminar aquellos que ya están en el programa municipal o los que son viablemente imposibles antes de pasar a la votación final.

Proyectos no deseados

El resultado es que en ocasiones proyectos tan conflictivos como algunos carriles bici han salido adelante con unas pocas decenas de votos y una vez hechos han tenido el rechazo de buena parte del barrio. Es el caso de los carriles bici de Avenida Constitución o Reino de València, cuya legitimidad estuvo siempre en cuestión por este motivo.

Ahora, el nuevo gobierno ha decidido mantener los presupuestos participativos, pero estudia cambios en el modelo de participación. Para las propuestas se baraja la idea de hacer encuestas en los barrios, analizar las quejas y sugerencias y celebrar reuniones directas con las entidades vecinales. Eso garantiza, según las fuentes, la legitimidad de los proyectos, que en todos los casos responderán a las necesidades reales del barrio o el deseo mayoritario de sus vecinos.

Para las propuestas se baraja la idea de hacer encuestas en los barrios, analizar las quejas y sugerencias y celebrar reuniones directas con las entidades vecinales

También se revisará el reparto por distritos para que los barrios más poblados de esa zona no se lleven todos los recursos. Incluso abrir la posibilidad de votar en más de un distrito. Y se está estudiando la opción de votar «no» a las propuestas que finalmente queden finalistas.

Pensada integral

«El modelo tiene que cambiar. Tenemos que darle una pensada integral, encontrar los mecanismos que reflejen mejor la voluntad de los barrios», dijeron las fuentes, que consideran muy importante que «la gente reconozca estos proyectos como suyos y no los vea como un problema, como pasó con los arcos chinos de la Roqueta».

Dado que los presupuestos participativos son para dos años, el equipo de Gobierno se dará su tiempo para ajustar el mecanismo, pero en las cuentas de 2024 ya habrá una partida, aún no determinada, para esto. Además, existe el compromiso de hacer los proyectos pendientes de años anteriores.