Gandia amplía su playa con 12.500 m2 fruto de un singular pacto urbanístico

La zona verde paralela fue cedida por Rústicas a cambio de construir un hotel en un solar urbano 

La obra visualiza la ‘Anella Verda’, un proyecto de espacios agradables el perímetro de la ciudad

Daniel Muñoz y Alícia Izquierdo, esta semana en el paseo y zona verde que ha concluido

Daniel Muñoz y Alícia Izquierdo, esta semana en el paseo y zona verde que ha concluido / Natxo Francés

Sergi Sapena

El Ayuntamiento de Gandia acaba de finalizar la singular obra que, fruto de un no menos singular convenio urbanístico gestionado durante la pasada legislatura, ha permitido «ampliar» su playa en una superficie aproximada de 12.500 metros cuadrados extendidos lo largo de la calle de la Ribera Baixa, la que cierra la urbanización litoral por el norte.

Esta actuación, cuyo diseño se ha concebido para el disfrute ciudadano y la creación de espacios agradables, se ha ejecutado sobre una franja de la gran finca privada de Rústicas, que ahora ha pasado a ser suelo público municipal. La contrapartida para Rústicas ha sido una modificación en el Plan General de Ordenación Urbana que va a permitir la construcción de un hotel en el solar dotacional urbano que durante años ha ocupado el cine Túgar.

La franja ajardinada con paseo y  acequia que Gandia ha ganado junto a la calle Ribera Baixa.

La franja ajardinada con paseo y acequia que Gandia ha ganado junto a la calle Ribera Baixa. / Levante-EMV

Gracias a la contribución de unos 600.000 euros del Plan de Conectividad Verde de la Diputació de València, el departamento de Medio Ambiente que dirige la concejala Alícia Izquierdo ha aprovechado esa franja de 24 metros de anchura para plantar muchos árboles, situar un paseo central, bancos y puntos para descansar y, lo más llamativo, ha recuperado una antigua acequia que formaba parte de la red de canales que desaguaban el marjal de la Safor. Gracias a una pequeña compuerta, esta acequia, además de imprimir valor al paisaje, permitirá regular de forma natural los niveles hídricos de esta zona húmeda y así preservar su gran riqueza ambiental sin perjudicar a los cultivos agrícolas existentes.

Creando franjas de transición

A la satisfacción por cómo ha quedado este proyecto, la concejala Alícia Izquierdo suma el hecho de que forma parte de ese gran plan llamado «Anella Verda» de Gandia que desde hace años está rodeando el casco urbano de esta ciudad con espacios amables para pasear o practicar deporte. Sin ir más lejos, esta franja abierta ahora en la calle Ribera Baixa completa una de las rutas circulares de varios kilómetros que permite desplazarse a pie o en bici entre la ciudad y la playa, discurriendo por el paseo marítimo de Neptú, el auténtico escaparate del turismo gandiense, y los caminos que flanquean el cauce del Serpis.

«La idea central de estas actuaciones consiste en generar franjas de transición para situar espacios verdes entre las zonas urbanas donde vive la gente y las áreas forestales o los campos agrícolas», señala Izquierdo, quien añade que uno de los principios fundamentales es que dispongan de mucha sombra para hacerlas agradables a los ciudadanos, lo que también contribuye a paliar los efectos del cambio climático y el paulatino incremento de las temperaturas que está comportando.

De hecho, y como recientemente comentaba Daniel Muñoz, director general de Medio Natural del Ayuntamiento de Gandia, pocas ciudades de la envergadura de Gandia disponen de ese colchón de zonas verdes interconectadas entre sí y tan accesibles desde cualquier punto de la trama urbana.

El concepto de la «Anella Verda» sigue adelante, y ahora se trabaja intensamente en el proyecto que afectará a las riberas del barranco de Beniopa, así como el del tramo del río Serpis que discurre entre la ciudad y el Grau, ensanchando así los tramos ya habilitados durante años con mucho esfuerzo y dinero.