Vivienda

La presión vecinal logra paralizar el desahucio de una víctima de violencia machista con una hija de 3 años en La Torre

La mujer tenía adjudicada una vivienda pública y estaba a la espera de terminar la tramitación para poder irse | El banco ha decidido suspender el lanzamiento tres meses para que la afectada deje el piso

Activistas del Sindicato Constuyendo Malilla en la puerta de la afectada para paralizar el desahucio.

Activistas del Sindicato Constuyendo Malilla en la puerta de la afectada para paralizar el desahucio. / Levante-EMV

Gonzalo Sánchez

Gonzalo Sánchez

Aïssia y su hija de tres años se quedan en casa. La presión del sindicato de vivienda Construyendo Malilla a pie de puerta ha conseguido paralizar el desahucio que estaba previsto este martes a las 09:15 de la mañana. La afectada tenía ya adjudicada una vivienda pública pero estaba a la espera de que se la concedieran, sin embargo la entidad bancaria decidió seguir adelante con el desahucio.

Finalmente el banco ha decidido suspender el desahucio durante tres meses, tiempo en el que esta mujer abandonará la vivienda junto a su hija. Aïssa había ocupado el piso dejando atrás a su expareja y ante la falta de alternativas salvo quedarse en la calle. Llevaba año y medio siendo okupa, contaba con informe de vulnerabilidad y estaba solicitando vivienda pública ya que no podía hacer frente a los precios de los alquileres hasta que, por fin, se la han concedido.

Imagen de archivo de un desahucio en el barrio valenciano de Malilla

Imagen de archivo de un desahucio en el barrio valenciano de Malilla / Gonzalo Sánchez

Los activistas se han plantado en la puerta a las 08:15 de la mañana esperando la ejecución del desahucio a las 09:15. Un dispositivo de la Guardia Civil también se ha apostado en el lugar durante varias horas esperando a la llegada de la comitiva judicial que no se ha producido. Finalmente, los activistas han podido confirmar presencialmente en el juzgado que el desahucio estaba paralizado a petición de Inmocaixa, la entidad bancaria propietaria del inmueble.

Tras casi cuatro horas a pie de puerta, activistas y Guardia Civil han abandonado el lugar con la prórroga de tres meses conseguida para esta mujer y su hija de tres años. Se trata de solo uno de los cinco desahucios en los que se ha personado esta semana el Sindicato de Vivienda de València. Se han logrado paralizar los cinco gracias a la presión de los activistas por el derecho a la vivienda.

Sin embargo los activistas no creen que estén aumentando el número de desalojos. "Lamentablemente seguimos igual que siempre, pero sí que vemos que están llegando muchas más personas a los sindicatos pidiendo ayuda. Ya no se van de manera silenciosa, sino que saben que tienen una herramienta para ayudarles a luchar", explica Vicente Danvila, portavoz del sindicato.

Un caso nuevo en el barrio cada semana

Más o menos la proporción es que llegue una familia con amenaza de desahucio a la semana en los barrios en los que está presente el sindicato. "La idea es que estas personas, después de que las ayudemos, se queden participando del sindicato y echando a una mano a las que vienen detrás de ellos, así podemos ir generando una red cada vez más grande y podemos ayudar a más y más casos", añade Danvila.

La situación, según explica, sigue siendo complicada con los desahucios que no han dejado de existir en la ciudad y obligan a movilizarse a estas plataformas como último recurso cuando el juzgado autoriza el desalojo. "Con la nueva ley de vivienda estamos hablando mucho de alquileres y la necesidad de toparlos, lo cual está muy bien y puede ayudar a muchas personas, pero el texto no aporta nada nuevo ni protege a las familias que se están quedando sin casa, más allá de prohibir los desahucios con fecha abierta. Deja desamparadas a todas estas personas", critica Danvila.