Mazón agita sus rebajas de impuestos para seducir a los grandes empresarios catalanes

Carlos Mazón pone la alfombra roja a las empresas de Cataluña para que inviertan en la Comunitat Valenciana, un territorio que ayer vendió ante las grandes empresas catalanas como propicio para la inversión tras el cambio político del 28M. La primera visita institucional a Cataluña del president se produce tras el pacto de investidura sellado entre el PSOE y Junts para favorecer el retorno de firmas que salieron durante la época del 'procés' y que fue visto como un ataque por el Consell, que preparó respuestas por la vía política y por la judicial.

Mazón ofreció una conferencia ante los líderes de la patronal autonómica catalana, Foment del Treball, en la que exhibió las principales líneas de actuación de su gobierno en materia económica y empresarial. Entre otras, las rebajas fiscales, la reducción de los trámites burocráticos y la eliminación de "grasa política". "La administración ya no va a ser un problema más para las empresas", resumió.

El jefe del Consell negó estar lanzando una "OPA hostil" a las empresas catalanas, pero señaló que su "obligación" es "ser irresistiblemente atractivo" para la inversión. En esa línea, mostró un perfil conciliador, llamando a "estrechar lazos" y "normalizar" la convivencia "sin paternalismos". Y negó que su proyecto priorice las relaciones con Madrid: "No es verdad la visión interesada que trasladan algunos de que solo tenga ojos para Madrid", dijo antes de apostar por "abrir el eje de la prosperidad".

Mazón suprimirá los impuestos verdes al coche, la industria y las grandes superficies comerciales

Para redondear la maniobra de seducción, Mazón se reservó un anuncio a modo de demostración práctica: la supresión de tres impuestos verdes aprobados en su día por el Botànic pero que nunca llegaron a implantarse puesto que su entrada en vigor se pospuso al 1 de enero de 2025. Como sucedió con la tasa turística, estos impuestos decaerán antes de llegar a activarse. El Consell asegura no disponer de información sobre la recaudación a la que se renuncia con esta medida.

Las tasas fulminadas están incluidas en la ley de Cambio Climático del anterior gobierno de izquierdas e iban dirigidas a grabar las emisiones de dióxido de carbono de los vehículos de tracción mecánica, de los gases de efecto invernadero vertidos por las grandes industrias y de esos mismos vertidos que provocan los coches que acceden a grandes superficies comerciales.

La norma salió adelante a finales de 2022 y ahora el jefe del Consell confirma que no llegarán a ver la luz porque "no van a ayudar a la sostenibilidad". Alineado con las tesis empresariales, Mazón defendió una transición ecológica acorde con los ritmos del sector privado. Lo contrario, aseguró, es un discurso "fake" porque "solo provoca el colapso" de estas compañías por supeditarlas a las exigencias climáticas.

Contraposición con el Botànic

Las facilidades que ahora ofrece la C. Valenciana al empresariado, según Mazón, distan mucho del escenario que existía con el Botànic. "Antes había una presión fiscal extenuante, un impuesto a la muerte, una amenaza al turismo y una fotovoltaica tardaba tres años en obtener licencia. Ahora la tendrá en uno. Ya no hay asfixia política que contamine el dinamismo económico", resumió ante un auditorio muy receptivo a sus propuestas. El president también dijo que el Consell ultima dos decretos para ahondar en esa idea de "puertas abiertas" a la inversión, uno para agilizar la ley urbanística y el de simplificación administrativa.

El propio presidente de Foment, Daniel Sánchez Llibre, elogió las políticas económicas del Consell de Mazón, que definió como "bussiness friendly" (amiga de los negocios). Uno y otro destacaron las sinergias entre dos autonomías "vecinas y hermanas" y con "potencial para liderar la economía del sur de Europa", según Sánchez Llibre.

Mazón abogó por "ser inteligentes" para "sumar reivindicaciones comunes" como el corredor mediterráneo, el cual pidió "seguir reivindicando". Como ya dijo con la ampliación del Puerto de Valencia, estas infraestructuras no son prioridades de la autonomía implicada, sino "de todos". Lo mismo que el agua, donde señaló que su Consell ha dado una "lección de coherencia" al aceptar el envío de agua desalada de Sagunt a Cataluña.

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