Forment, "Kubalita" y otros exfutbolistas del Valencia CF constatan los efectos positivos del ejercicio contra la vejez

Diez personas mayores de 65 años mejoran las dolencias de la edad con dos sesiones semanales de ejercicio dirigido y personalizado impulsadas por Incliva y la Fundación VCF

El ahorro de una persona vigorosa en la edad adulta se estima en 13.000 euros para el sistema sanitario

Grupo de personas mayores, relacionadas con el Valencia CF, practicando ejercicio en Mestalla.

Grupo de personas mayores, relacionadas con el Valencia CF, practicando ejercicio en Mestalla. / L-EMV

Lluís Pérez

Lluís Pérez

"Llevaba bastón y, después del ejercicio de estos nueve meses, ya no lo uso". La que habla es Carmen Arce, portera del Valencia CF conocida como "kubalita". Tiene 68 años y es una de las participantes del estudio piloto "Ejercicio físico personalizado, la clave para envejecer mejor", realizado por Incliva y la Fundació VCF. En total, el proyecto ha trabajado con 10 personas mayores de 65 años vinculadas al Valencia CF, exfutbolistas y socios; entre ellos, el mítico José Vicente Forment, nacido en 1947 y una de las leyendas del club.

El ‘eco’ del gol de Forment resuena como nunca

UVAM

El principal objeto de estudio ha sido analizar la evolución de la fragilidad física en la vejez - la sufren 2,3 millones personas en España- al realizar ejercicios físicos pensados para combatirla. Y los resultados han sido positivos: "La buena noticia es que la fragilidad es reversible", aseguran los responsables del proyecto. Visto el resultado, la intención es realizar fichas de ejercicios y programas destinados a los centros sociosanitarios interesados en fomentar este proyecto, con la colaboración de la conselleria de Igualdad y Servicios Sociales.

Presentación de los resultados del estudio con José Vicente Forment, Kubalita, Fernando Millán y Rubén Olmos

Presentación de los resultados del estudio con José Vicente Forment, Kubalita, Fernando Millán y Rubén Olmos / Loyola Pérez de Villegas

El envejecimiento es un problema transversal: "Todos vamos a llegar a esa etapa -, reconocía Inma Ibáñez, presidenta de la fundación-. Por eso, hemos querido aprovechar el protagonismo de nuestra institución para divulgar sobre los beneficios del ejercicio físico".

Dos sesiones semanales

Durante los últimos nueve meses, coordinados por el doctor Fernando Millán y el investigador Rubén Olmos, han realizado dos sesiones semanales de ejercicio físico con una batería de ejercicios personalizados, con un estudio personalizado mediante el cual han adaptado las sesiones a las necesidades de sus participantes. El objetivo era combatir la fragilidad de la vejez a través de ejercicios de resistencia, fuerza, coordinación, equilibrio y flexibilidad.

La actividad física se ha realizado con sillas, gomas elásticas y pelotas, en las instalaciones de la fundación. "No pensaba que en una sala se podían hacer tantas cosas", explica Arce. Ella no ha dejado nunca de hacer deporte, natación o largas caminatas, pero "no es lo mismo con ejercicios pensados ex profeso para ello". Ni tampoco añadir el componente de la competitividad. "Los piques han sido parte de la evolución -, relata-. Y al ver que mejoraba, solo tenía ganas de que llegara la hora de ir a la sesión".

La mejora no ha sido solo física, sino también emocional. Al final, como aseguró Olmos, "se demuestra que el envejecimiento se revierte con ejercicios y cuidados" porque hay una mejora en la calidad de vida.

Ahorro sanitario de 13.000 euros

Con el paso a la vejez, las personas experimentan un retroceso en la cantidad de masa muscular libre de grasa. Mientras que al inicio de la vida adulta, representa la mitad del peso corporal, a los 80 años es solo del 25 %. "Hemos demostrado que, a través del ejercicio, se puede aumentar la masa muscular y la fuerza cuando se incluye un aumento gradual en la intensidad y el volumen", explica el investigador.

La fragilidad física es un síndrome geriátrico asociado a una "capacidad de respuesta disminuida y una alta vulnerabilidad" a los factores estresantes -, explica Millán- que se traduce en una mayor dependencia y una disminución en la calidad de vida". Pero, ¿qué factores marcan la fragilidad? Se da cuando aparecen tres de estas cinco características: la debilidad muscular, la lentitud en la marcha, la baja actividad física, el agotamiento o fatiga y la pérdida de peso involuntaria.

Foto de familia en la presentación del proyecto de Incliva y la Fundación VCF.

Foto de familia en la presentación del proyecto de Incliva y la Fundación VCF. / Loyola Pérez de Villegas

Según explican desde Incliva y la Fundación VCF, de aplicar este programa piloto al resto de la población, se podría conseguir un impacto económico en el sistema sanitario de cerca de 13.000 euros, puesto que una persona mayor dependiente tiene un coste de cerca de 14.000 euros al año frente a una persona mayor vigorosa, cuyo estado permite reducir "significativamente" el gasto público.

Suscríbete para seguir leyendo