Gabriel Butler | Fundador y CEO de Genia Global Energy

Gabriel Butler: "El gran problema es la manipulación por el uso político de los parques renovables"

«En el desarrollo de plantas no todo vale, deben generar un impacto ambiental positivo y para eso tenemos el procedimiento más garantista de Europa»

Gabriel Butler, fundador y CEO de Genia Global Energy.

Gabriel Butler, fundador y CEO de Genia Global Energy. / Fernando Bustamante

Ramón Ferrando

Ramón Ferrando

¿Por qué las plantas renovables generan rechazo a una parte de la sociedad?

Siempre existe una oposición o una doble moral en el desarrollo de este tipo de proyectos. El gran problema es que muchas veces las renovables se han instrumentalizado a nivel político. Y ese es uno de los factores clave, la instrumentación política de las renovables para convertirlas en un arma de polarización de la sociedad. ¿Qué pasa?: Si un alcalde está desarrollando un proyecto de renovables y el de la oposición lo quiere erosionar, dice que esa iniciativa es mala. Es así. Vivimos en una sociedad en la que se utiliza la instrumentación política y la polarización de los proyectos para erosionar, independientemente de si es bueno para la sociedad, de si crea empleo, de si atrae inversión o de si apoya al sector primario. Eso les da igual. Es decir, lo importante es generar una oposición. Eso es manipular.

¿Por qué cala ese rechazo?

Porque en España tendemos a la polarización de la sociedad y a partir de ahí existen determinadas corrientes ideológicas en las que ahora, si quieres de verdad ser sostenible, hay que estar en contra de las renovables. Llevamos 25 años luchando para que existan renovables y ahora los que dicen que saben de sostenibilidad están en contra de ellas. Evidentemente que no todo vale. Tienes que hacer renovables que se integren en el entorno, que aporten valor y que generen un impacto ambiental positivo. Pero para eso tenemos un procedimiento ambiental y el procedimiento administrativo más garantista que existe en Europa.

¿Hay una burbuja especulativa en el sector?

Actualmente, para mí no existe especulación. Evidentemente, en todos los sectores hay determinados actores que hacen un uso especulativo del coste de oportunidad. Pero ese no es el objeto de la gente que está invirtiendo su dinero en el desarrollo de proyectos. En Valencia tenemos una de las industrias solares más solventes de España y Europa. Tenemos empresas fabricantes de primer nivel, promotores respetados internacionalmente, ingenierías muy punteras a nivel nacional e internacional. Es decir, existe una industria, no hay una burbuja. Por otro lado, hay una demanda de energía de origen renovable para cumplir con la descarbonización.

Gabriel Butler, en las instalaciones del periódico.

Gabriel Butler, en las instalaciones del periódico. / Fernando Bustamante

¿Cómo llevan el retraso en la concesión de licencias de los parques renovables?

Nuestros proyectos los tramita la Administración central porque son plantas grandes. Algunos los estamos tramitando desde 2019. Llevamos cinco años invirtiendo en diferentes proyectos para poder obtener las licencias. Luego tenemos que construir las plantas y ponerlas en operación. Es muy difícil que generemos un sector competitivo cuando los procesos administrativos son tan complejos que requieren cinco años de trámites urbanísticos y ambientales.

No está justificada la alarma en Aielo de Malferit por la planta de biogás. Es falso que genere problemas

Entonces, ¿el bloqueo que se produce en Valencia también ocurre a nivel nacional?

No. El problema es que muchos trámites de la Administración central dependen de informes autonómicos. Esos informes autonómicos no salen en forma y plazo o son ambiguos o incluyen requerimientos que no se pedían en el trámite anterior.

Ustedes promovieron un proyecto muy grande en Extremadura. ¿Cuánto tardaron en conseguir licencia?

En dos años teníamos todas las licencias para poder construir. Estamos hablando de una de las plantas más grandes de España con 250 megavatios.

¿Y qué planta promueven en Valencia que llevan cinco años para conseguir licencia?

El proyecto Valle Solar en el Valle de Ayora. Es un referente en sostenibilidad. Ocupa 400 hectáreas, pero no quiere decir que sea la superficie de paneles porque tienen una separación muy importante entre ellos. Tiene 234 megavatios.

¿Incluye almacenamiento este proyecto?

Sí, tiene un sistema que permite almacenar energía para verterla a la red por la noche. Puede almacenar hasta cuatro horas de producción.

Ustedes también promueven plantas de biogás, ¿Qué ventajas ofrecen?

El biogás ofrece enormes ventajas. Permite sustituir el consumo de gas de origen fósil y facilita la descarbonización. Por ejemplo, la industria cerámica podría ser cero emisiones si consumiera biometano. Podemos descarbonizar el consumo de origen térmico gracias al uso del biometano. El 100 % del gas que se consume en Dinamarca está descarbonizado. Además, permite aportar seguridad en el suministro al generar soberanía energética y valorizar los residuos de la industria agroalimentaria y ganadera. En Valencia tenemos un proyecto en Llíria y otro en Aielo de Malferit.

La planta de Aielo de Malferit ha generado un gran rechazo vecinal. ¿Está justificada la alarma?

No. El caso es que se le traslada a la población informaciones como que este tipo de plantas generan problemas para la salud mental y física de las personas. Así es normal que se alarmen. Pero eso no se ajusta a la realidad. En Europa hay 13.000 plantas de biometano integradas en los municipios. El proyecto está ubicado en un polígono industrial en el que está permitido el tratamiento y la valorización de residuos orgánicos y que tiene acceso directo desde la autovía. Los camiones no pasarán por el pueblo.

¿Generan olores este tipo de plantas?

No. La materia prima llega en camiones cerrados. Todo lo que es el proceso de tratamiento y valorización se produce en digestores en un proceso en ausencia de oxígeno. Es un proyecto con una inversión de 25 millones de euros.

Repsol ha comprado el 40 % de Genia Bionergy para entrar en la producción de biometano. ¿Qué van a hacer juntos?

Nosotros estamos creando un sistema de plantas de biometano que se integran en el entorno. Con la entrada de Repsol en el accionariado de Bioenergy (una de las tres firmas del grupo) conseguimos integrar toda su fortaleza como grupo industrial. Nos ofrece capacidad financiera y de distribución. Tenemos una cartera de más de 30 proyectos en desarrollo.

¿Puede prescindir la Comunitat Valenciana de la producción de energía nuclear en 2030?

Por supuesto que sí. Para eso hay que hacer un esfuerzo importante en inversión en renovables, tanto en la parte eléctrica como en la de gases renovables. Necesitamos ser capaces de producir nuestros propios combustibles renovables. ¿Y cómo lo hacemos? Utilizando nuestros recursos, que son por un lado el sol y por otro lado el viento, y valorizando los residuos orgánicos que pueden transformarse en gases renovables como se está haciendo en todos los países europeos.

¿Qué volumen de demanda puede cubrir el biometano?

Si se cumplen los objetivos marcados por la Unión Europea podemos cubrir el 45 % de la demanda industrial de toda España y el 100 % de la doméstica de gas natural.

Ustedes promueven el proyecto para acabar con la quema de la paja del arroz al transformar los residuos en biometano. ¿Cuándo estará?

Hemos desarrollado la tecnología que permite tratar y dar valor a un residuo tan complejo como la paja del arroz. Llevamos tres años desarrollando diferentes máquinas y soluciones que funcionan muy bien a la hora de la eficiencia y de la recogida de la paja del arroz. Es un residuo que tenemos que almacenar durante un año. Se recoge durante un mes y hay que ser capaces de conservarlo para que mantenga sus cualidades a la hora de producir biometano. Esperamos tener las licencias para empezar a finales de este año.

En primera persona

Gabriel Butler (Casablanca, 1977), nació en Marruecos por el trabajo de sus padres, aunque desde los 3 años vive en València. Estudió ingeniería en la Universitat Politècnica de València e hizo la especialidad de energía. Arrancó su vida profesional en Iberdrola, donde impulsó los primeros suministros de módulos fotovoltaicos y otros componentes de los parques. Butler (hijo de españoles, aunque su apellido delata su ascendencia irlandesa) creó su primera firma en 2005. «Era Sunproyect, una ingeniería enfocada en el desarrollo de proyectos solares en cubiertas», apunta. El empresario fundó en 2010 Genia Global Energy con el apoyo de inversores privados y un capital inicial de 600.000 €. El grupo (con tres ramas) diseña y promueve parques solares y plantas de biogás.