La ‘abuela coraje’ de Burjassot cumple un año a la espera de la custodia de su nieto

El niño está en un centro de menores pero Manuela Laserna, que ha sido la responsable de la hermana mientras fue menor, cree que estaría mejor con ambas

Manuela Laserna, en su protesta diaria ante el ayuntamiento.

Manuela Laserna, en su protesta diaria ante el ayuntamiento. / V.R. Sancho

«Mientras me quede un suspiro de vida, seguiré luchando. Con la vida de los niños, ni se negocia ni se juega». Son palabras de Manuela Laserna Clemente, Manoli, la ‘abuela coraje’ de Burjassot. Desde hace casi un año, que ingresaron a su nieto José Daniel en el Centro de Recepción y Acogida de Menores (CRAM) Les Palmeres de Alboraia, no ha dejado de manifestarse. En todo este tiempo (primavera, verano, otoño y la Navidad en medio del invierno) no ha visto al niño. El CRAM de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas se lo impide. Este mes de febrero José Daniel cumple 8 años. Ni siquiera le han permitido comunicarse con él por teléfono o el correo.

A Manoli se la puede ver muchos días en la plaza del Ayuntamiento. Hasta allí se desplaza desde su hogar. Lo tiene en propiedad. Se encuentra «en la otra punta del pueblo». Vive en el cuarto piso sin ascensor de un bloque del barrio de las 613 Viviendas. A las puertas de la casa consistorial se asienta y muestra un cartel donde figura el nombre de su nieto. Una de las frases lo resume todo: «No está solo, tiene familia». Además lleva una caja donde deposita las firmas de la gente que viene apoyándola: que José Daniel regrese «a casa ya». Buena parte del personal que trabaja en el consistorio, así como no pocos vecinos, ya la conocen. La saludan. Algunos escuchan sus palabras.

«¿Qué menor se merece eso? Más de diez meses sin contactar con la familia, ¿eso es la ley del menor? No sabemos nada de él. Así no se puede vivir. ¿A santo de qué lleva el niño más de diez meses en un centro de peaje, donde sólo se puede estar hasta seis meses, para luego llevarlo a otro centro o darlo en adopción? Ninguna visita; ni una llamada, ni siquiera por Navidad. ¿Quién impide que el niño salga de allí? ¿Pensará que lo hemos abandonado?», dice Manoli con la esperanza de que la custodia de José Daniel «no quede fuera de la familia».

Hasta el año pasado, Manoli tuvo a su cuidado a la hermana de José Daniel. Se llama Yasmina. Recientemente cumplió la mayoría de edad. «Estudia y está a punto de conseguir trabajo», asegura su abuela. Yasmina y Manoli –que es pensionista– han solicitado a la conselleria, en varias ocasiones desde marzo del año pasado, el acogimiento del menor, bien por parte de la abuela o bien por parte de la hermana. También han solicitado en innumerables ocasiones, tanto por mecanismos oficiales como extraoficiales, que les permitan visitar a José Daniel.

¿Qué menor se merece eso? Más de diez meses sin contactar con la familia, ¿eso es la ley del menor?

Manuela Laserna

— Abuela 'coraje' de Burjassot

Por su parte, la madre del niño, Azahara, «también está de acuerdo en que José Daniel vuelva a casa», apunta la abuela. Problemas con las drogas le hicieron perder a la mujer la custodia del chico. Los documentos que en su momento firmó abocaron al niño al CRAM. «Pero ¿en qué condiciones firmó? Azahara ya lleva sin consumir drogas más de cinco meses», añade Manoli.

En la conselleria no ven con buenos ojos que la abuela acoja al nieto. Manoli considera que es por «una leve discapacidad física, pocos ingresos económicos y vivir en un barrio de acción preferente». Sin embargo, hasta hace bien poco, Manuela Laserna custodió a su nieta Yasmina. Y no pierde el ánimo. Cuenta con la ayuda de familiares y amigos. Además, de manera altruista, un grupo de abogadas la está respaldando formalmente. No solo encuentran «viable» el regreso de José Daniel al hogar, sino también «lógico».

Petición formal de acogimiento

Después de diversos intentos, tras una reunión en la conselleria el pasado octubre de 2022, las abogadas presentaron el día 15 del mes siguiente –noviembre– «una solicitud formal de acogimiento, a través de trámites oficiales, ya fuese por Manuela o por Yasmina», que ha sido desestimada. Antes, cuando el niño ingresó en el CRAM en marzo de 2022, la abuela también cursó una solicitud para sacarlo. Lo hizo «con sus palabras, de manera manuscrita, en una instancia general». Posteriormente, «el 20 de abril, presentó la solicitud de forma electrónica con toda la documentación que le fue requerida». Aunque «este documento no consta en el expediente» de la Administración autonómica, el grupo de letradas asegura «tener pruebas de la solicitud» que remitió Manuela.