Los agricultores de Moncada piden auxilio: "El campo se nos muere"

Un grupo de 80 labradores denuncia que el ayuntamiento les ha abandonado durante la peor crisis del sector 

Dicen que se están perdiendo muchas ayudas de Diputación y Conselleria por la inacción de su concejal

De las 1.100 hectáreas de superficie rústica que tiene Moncada, un 50% estaría en riesgo de desaparecer

Claudio Moreno

Claudio Moreno

"En Moncada el campo se nos muere". Este es el grito de auxilio que lleva meses lanzando un grupo de 80 agricultores. Denuncian que la administración local les ha abandonado a su suerte en medio de una de las peores crisis que se recuerdan en el primer sector. Sin relevo generacional y con ganancias que apenas superan los costes de producción, esta huerta protegida que un día pisaron árabes y romanos empieza a mostrar signos de agotamiento. Y lo hace, critican los agricultores, con la connivencia del ayuntamiento

José Miguel Roig, de 49 años, tiene 80 hanegadas con naranjas y alcachofas. Se dedica profesionalmente al campo y representa al grupo de agricultores de Moncada para reclamar, entre otras cosas, que una parte de los 90.000 euros de IBI que pagan por sus explotaciones se reinvierta en adecentar los caminos a la huerta, llenos de agujeros y matorrales. «Algún día vamos a tener un disgusto. Los matorrales invaden la carretera y la gente sale a caminar o correr sin poder meterse en el arcén, con el riesgo de que nos los llevemos por delante».

Es una de las muchas carencias que presenta la huerta de València, reconocida por la ONU como patrimonio agrícola mundial. Moncada juega en ella un papel significativo al aportar una Real Acequia milenaria que serpentea a lo largo de 32,8 kilómetros para regar más de 6.000 hectáreas. El municipio tiene dos fragmentos agrícolas. Por debajo se ubica la zona de regadío tradicional con 540 hectáreas de patatas, cebollas y alcachofas. Y por encima, en torno a la cota máxima de Tot Pelat, aparecen los campos de cítricos abastecidos con agua de pozo. Unos y otros dieron productos rentables y muy prestigiosos, pero los agricultores de la zona aseguran que la mitad del campo de Moncada se está echando a perder. Unas 550 hectáreas en una superficie rústica total de 1.100. 

Por eso piden al consistorio que les insufle algo de oxígeno mediante un plan de captación de subvenciones, pero estas no terminan de llegar. «Se están perdiendo muchas ayudas por la inacción del concejal de Agricultura», dice Roig, y enumera algunas: "La Conselleria ofrece un producto para combatir la mosca mediterránea y tan solo tiene que ir a recogerlo, no ha ido. Tampoco solicita las ayudas para la gestión de plagas. O para construir infraestructuras necesarias. Nos prometieron dos hidrantes y no los han instalado. Ahora tenemos el problema con los jabalíes, que destrozan las gomas de riego, y no hacen nada. Es tremendo".

Campo abandonado junto al Seminario de Moncada

Campo abandonado junto al Seminario de Moncada / L-EMV

"Vamos a los plenos y no nos hacen caso», insiste Rafael Sánchez, de 46 años y desde los 18 dedicado a los cítricos. «Somos necesarios tres veces al día. La comida no se cría en los supermercado", dice encendido y desesperado. "Lo de Moncada es una pena. Los jabalíes nos están matando. Yo he tenido una jabata que parecía un toro. Me dejó todo el campo escarbado. Y luego se están abandonando muchos terrenos donde aparecen nidos de serpientes y ratas". Terrenos donde además crece ramaje seco que actúa como gasolina en incendios.  

"Es cierto que muchos campos se abandonan porque no dan dinero", reconoce Roig, "aquí los agricultores son mayores y no se dedican a ello. Rafael y yo somos excepciones. Los problemas globales del sector son bien conocidos. Pero también es verdad que se está perdiendo la huerta porque Moncada en particular ya no resulta atractiva. Nadie invierte en un sitio al que no se puede ni acceder. El consistorio, en virtud de la ley agraria, podría exigir que todas las parcelas se cuiden mínimamente, pero hay una evidente falta de interés", reitera Roig. "Tanto es así que les hemos pedido un cuarto en la Cámara Agraria para poder reunirnos , y ni siquiera eso nos dan. El edificio lo fundaron nuestros antepasados, pero tenemos que pedir la llave al ayuntamiento".

Es el lamento de un pueblo agrícola que ve cómo cambia la estampa de Moncada, sobre todo la generación de mayor edad. «Cuando la gente de mi quinta cierre los ojos, el campo de Moncada desaparecerá», anticipa Vicente Lloris, de 68 años, propietario de siete hanegadas de cítricos a los que dedica demasiado esfuerzo y parte de su pensión. «El barril de sulfito ha pasado de 20 a 50 euros. El abono también sube. Y la naranja va a menos. A mí el campo me cuesta dinero de mi bolsillo. Sigo con él porque estoy jubilado y me distrae, pero la juventud ya pasa de esto", dice Lloris, que ilustra el abandono de huerta productiva con un dato: "Antes la acequia madre de Moncada abría a las 8 y hasta las 15 horas estaba regando. Ahora termina a las 10 de la mañana".

"Falta un técnico cualificado"

El concejal de Agricultura y Medio Ambiente, Enrique Ruiz, replica que las subvenciones se han intentado pelear, pero el ayuntamiento no cuenta con un técnico cualificado para coordinar ese plan. "Ahora gracias a la nueva RPT se incluirá un técnico medioambiental con conocimientos de agricultura. Respecto al tema de los hidrantes, propusimos un lugar que ellos no veían factible, así que estamos mirando otras posibles localizaciones", justifica el socialista y añade: "Hay que tener paciencia, las cosas llevan su tiempo".  

Respecto a la proliferación de jabalíes, Ruiz explica que su delegación se está informando sobre la Ley de Bienestar Animal, «porque esto no es como cuando podías salir a cazarlos sin más», y en relación a la cesión de una sede dentro de la Cámara Agraria responde: "Ellos quieren un local permanente, pero se tienen que constituir como asociación. Es un factor importante para recibir subvenciones y que les hemos pedido muchas veces. Tienen que ponerse las pilas, porque ellos exigen mucho al ayuntamiento pero luego no aportan la ayuda que solicitamos". 

Más allá del cruce de peticiones, el concejal comparte la preocupación por la pérdida de un patrimonio agrícola transformado en depósito de escombros y foco de plagas. "Tenemos que recuperar la esencia de la huerta, que por algo se llama así nuestra comarca. En esta legislatura intentaremos ayudarles en todo lo que podamos", promete Enrique Ruiz. 

Pero en la oposición no se fían, y el representante de Ciudadanos en el Consell Agrari de Moncada, José Pérez, dice que la alusión a la falta de personal cualificado es una excusa de mal pagador. "El año pasado teníamos el mismo técnico y entre todos aprobamos una modificación de 60.000€ para luchar contra el cotonet. Este año, sin embargo, ni un céntimo les han dado. Y no se convoca el consejo agrario desde febrero. Es un abandono total. Cuando hablamos con los agricultores se nos echan a llorar". 

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