Un afectado de Quart: "Mi hija venía con un piso bajo el brazo y ahora nos lo han okupado"

La Sareb devuelve el dinero del contrato de arras a las familias que pagaron por la reserva de los pisos de la finca ocupada.

Acusan a la sociedad gestora de activos de "falta de comunicación" durante el proceso: "Me enteré porque vi luz y de que me han devuelto el dinero porque lo he visto en la cuenta"

Un comprador alertó a la inmobiliaria días antes de la falta de medidas de seguridad al ver que la puerta del patio presentaba signos de haber sido forzada

La cerradura del portal del edificio forzada por los ocupas para poder entrar en las viviendas.

La cerradura del portal del edificio forzada por los ocupas para poder entrar en las viviendas. / J.M. López

Abraham Pérez

Abraham Pérez

Que las acciones de otros tienen consecuencias en tu vida es algo que saben bien las siete familias que señalizaron la compra de una vivienda en Quart de Poblet y que a los pocos meses de la entrega de llaves se encontraron que sus futuras casas habían sido ocupadas por una treintena de personas acompañadas de sus hijos menores de edad. Desde ese día los proyectos de siete familias que habían visto en la compra de ese inmueble una oportunidad de comenzar una nueva vida se vieron truncados. Siete historias de personas que cambiaron la alegría y la emoción por la rabia y la desesperación tras conocer que la que un día iba a ser su casa ya nunca más lo será.

Así lo explican a Levante-EMV varias de estas personas que estaban destinadas a compartir rellano, pero que lamentablemente tras la ocupación solo han podido compartir su mala experiencia. Todos ellos cuentan que el inicio de esta historia se remonta al pasado mes de agosto, cuando Hipoges, una intermediaria de la Sareb, organizó una jornada de puertas abiertas para poder visitar las ocho viviendas de una construcción ubicada en la calle Desiderio Gallego Moya, que tras varios meses de abandono por la quiebra de la constructora, la sociedad gestora de activos adquirió y ahora ultimaba los trámites para comercializar las viviendas.

Varios afectados pagaron por la tasación

"Era una muy buena oportunidad", explica Fran, uno de los afectados, que cuenta que se trataba de unas viviendas de unos 90 metros cuadrados con garaje por las que pedían entre 110.000 y 125.000 euros, en función de las características del inmueble. Ante ese precio, y teniendo en cuenta la situación actual del mercado, la promoción despertó el interés de una gran cantidad de personas, que acudieron en masa a intentar hacerse con uno de estos pisos. "La visita se hizo en grupos porque había una alta demanda. Ese día nos dieron un formulario que teníamos que rellenar y darnos de alta para pujar", detalla otro de los afectados. Es decir, presentaban la cantidad que ellos estaban dispuestos a pagar, a la espera de que la inmobiliaria les anunciara si iban a ser uno de los "afortunados".

Edificio de Quart de Poblet que ha sido ocupado en Quart de Poblet

Edificio de Quart de Poblet que ha sido ocupado en Quart de Poblet / J.M. López

La resolución llegó a mediados de noviembre. En concreto, el día 14. Ese día las siete personas a las que se les había concedido una de las viviendas recibieron una notificación en las que se les informaba de ello. "Recordamos muy bien la fecha porque fue unos días antes de que naciera nuestra hija. Pensábamos que venía con un piso debajo del brazo, pero mira", lamenta una pareja de jóvenes que habían visto aquí la oportunidad de poner fin a vivir de alquiler y sentar las bases de su familia.

Unos días después los seleccionados se reunieron con una representante de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria S.A. (la Sareb) para firmar el contrato de arras. En total, cada uno de los nuevos propietarios pagaron 4.900 euros. Tras la firma, los afectados comenzaron a reunirse con los bancos en busca de la mejor hipoteca. En este sentido, lamentan que el trámite se encontraba en un estado muy avanzado (la mayoría estaban aceptadas a la espera de la firma) e incluso varios de ellos llegaron a pagar unos 500 euros por la tasación de los inmuebles. "¿Qué pasa ahora con ese dinero? ¿Quién me lo va a devolver?", denuncian.

Alertaron a la inmobiliaria de la falta de seguridad

También las visitas para diseñar las que iban a ser sus casas y planificar todo lo que tenían que comprar. Fue en una de esas visitas cuando Fran se dio cuenta de que la finca era susceptible a ser ocupada: "Me di cuenta de que tenía muy poca seguridad. Incluso se lo llegué a trasladar a la inmobiliaria y les comenté que estaba demasiado fácil para que entrara alguien", asegura. No fue el único al que le saltaron las alertas. "Unos días antes de que entraran los ocupas fui a ver la casa y me di cuenta de que la puerta del patio presentaba signos de haber sido forzada", cuenta otro de los afectados, que prefiere no decir su nombre para evitar problemas.

Por desgracia, sus sospechas se cumplieron. "Vivo por la zona y un día que paseaba por ahí me di cuenta de que había luz en las casas". El peor de sus temores se había cumplido y llamó a la inmobiliaria para avisar de los hechos y posteriormente, la empresa notificó al resto de los afectados. En este sentido, todos ellos afean a la inmobiliaria la falta de comunicación durante todo el proceso. También las cláusulas abusivas del contrato que firmaron "porque compras a cuerpo cierto. Es decir, como esté".

Interior del portal del edificio ocupado en Quart de Poblet.

Interior del portal del edificio ocupado en Quart de Poblet. / J.M. López

A pesar de ello, la gestora de activos ya ha devuelto el dinero de las arras a todas las familias. "Lo recibimos el día 22 de enero, aunque no me han avisado. Me metí en la cuenta y vi que estaba el dinero", apunta Fran, que subraya la falta de transparencia de la sociedad durante este proceso, así como la falta de apoyo y comunicación. A este respecto, los perjudicados por la okupación señalan que la empresa les dio a elegir entre esperar a que se solucionara la situación o el reintegro del dinero de las arras, "pero al ver que entre los okupas había menores de edad y que el proceso judicial se podía alargar varios años decidimos quedarnos con el dinero".

"Toca volver a empezar de cero"

Con el reintegro de esos 4.900 estas familias han visto como se ha puesto fin a la oportunidad de emanciparse. "El piso era para mi hijo. Nosotros somos de Quart y él se fue a vivir a Riba-roja porque los precios estaban por las nubes. Entiendo que esta gente tiene hijos, pero esto no está bien porque han perjudicado a muchas personas", dice María, que cuenta que se ha "descompuesto al ver las fotos y los vídeos de esta gente en la que iba a ser la casa de mi hijo". Como ella, un joven matrimonio que iba a dejar el piso de alquiler en el que vivían para instalarse con su hija recién nacida. "Menos mal que no le llegamos a decir nada a la casera, porque nos hubiéramos quedado en la calle y viendo como está el tema de la vivienda...", lamentan.

Por su parte, Fran, un joven de 32 años residente en València que iba a mudarse a esta localidad de l'Horta Sud, cuenta que ha visto truncado su sueño de tener su primera vivienda. "Llevaba meses buscando y estaba muy ilusionado. Menos mal que no llegué a firmar la hipoteca con el banco porque hubiera podido ser mucho peor". El joven estaba viviendo con sus padres y tenía miedo de perder ese dinero. Con el reintegro se da por satisfecho, aunque lamenta, igual que el resto de afectados, que "ahora toca otra vez empezar de cero y buscar una oportunidad como esta, cosa que no va a ser nada fácil".

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