Kiwis y aguacates comen el terreno a cítricos y hortalizas

Los altos costes de producción y los escasos márgenes de beneficios lleva a los campesinos a buscar alternativas con más demanda y «mejor pagadas»

Cítricos y hortalizas pierden terreno con más de 2.000 hectáreas menos en cinco años

Campos de huerta cultivada entre Alboraia y Meliana.

Campos de huerta cultivada entre Alboraia y Meliana. / Daniel Tortajada

Abraham Pérez

Abraham Pérez

Reinventarse o morir. Un mantra que bien saben los agricultores de l’Horta, que ante la escalada en los costes de producción por las normativas autonómicas, estatales y europeas sumados a los escasos márgenes de beneficios (lo que provoca que en demasiadas ocasiones tengan que vender a pérdidas, es decir, por debajo del precio de producción) han tenido que buscar alternativas y optar por opciones más rentables en cosechas que aporten un margen más amplio de beneficios.

«En la comarca ha habido una gran transformación de los cultivos en los últimos años. Cada vez hay menos producción de cítricos, de hortalizas y de todos. Más campos abandonados», explican desde AVA-ASAJA, que señalan que «el único cultivo que ha tenido una estabilidad es la chufa porque tiene unos precios razonables. La chufa ha sido el salvavidas de la huerta valenciana y es de las pocas que se mantiene».

Y es que según los datos del Instituto Valenciano de Estadística (IVE) la comarca ha perdido en los últimos cinco años 1.592 hectáreas de superficie agrícola. Un 7,26% del terreno total que se ha abandonado, entre otras cosas, por la falta de rentabilidad.

Derrumbe del cultivo de cítricos

Este factor está provocando al mismo tiempo un cambio de tendencia en lo que se cultiva en l’Horta. Pero, ¿cómo está siendo este cambio?. Hace cinco años, 40 de los 43 municipios de la comarca contaban con campos de cítricos (principalmente naranjo dulce, mandarino, pomelo, limero o limonero) y la superficie ascendía a las 12.917 hectáreas. 

Un lustro después la cifra ha caído en 1.563 hectáreas, hasta las 11.354 que había registradas al cierre del último año. Por municipios, Picassent, Torrent y el Puig concentran la producción. Lo hacían hace cinco años y lo siguen haciendo ahora, aunque con cifras muy diferentes. En el primero llegaron a haber 3.965 hectáreas de campos de naranjos y otros cítricos en 2017 frente a las 3.316 del último año mientras que en la capital de l’Horta Sudhan perdido 146 hectáreas pasando de 2.160 a 2.014. Por su parte, el Puig se conforma con 1.013 ha frente a las 1.145 de 2017.

Menos hortalizas y más frutas

También ha sido muy pronunciado el descenso del cultivo de hortalizas en l’Horta, pues si hace unos años la superficie total ascendía a las 2.893 hectáreas, en la actualidad se conforma con 2.351. A este respecto, la cebolla (388 frente a 701) y la alcachofa (231 frente a 361) son las que más terrenos han perdido. Por su parte, los campos de patatas también han experimentado un leve decrecimiento, pasando de 541 a 523 hectáreas, mientras que los campos de frutas han notado un crecimiento en la comarca.

«Los agricultores de esta zona se están decantando por productos que se han puesto de moda y que, por lo tanto, tienen mucha más demanda», cuentan fuentes de la Unió Llauradora, que especifican que el cambio se está sintiendo especialmente en la parte sur, donde se están cambiando los campos de hortalizas por los de kiwi, caqui o aguacate.«Son los que dan más rentabilidad y son productos más remuneradores».

Recuperar antes la inversión

Estas afirmaciones se ven reflejadas en la estadística del IVE, de donde se desprende que las plantaciones de kiwis ganaron 14 hectáreas entre 2017 y 2022 pasando de 82 a 96, mientras que las de aguacate se multiplicaron por seis, pasando en este periodo de las 46 hectáreas cultivadas a las 270 del último año.

Campos de huerta cultivada entre Alboraia y Meliana

Campos de huerta cultivada entre Alboraia y Meliana / Daniel Tortajada

Vicent Enrique Pérez es uno de estos agricultores que se ha pasado al cultivo de kiwis «porque es más económico». El también edil de Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Picassent cuenta que hace unos años se pasó al cultivo de kiwis y caquis «porque hay diferencias importantes (en los beneficios) porque son más baratos de producir». En este sentido, señala que estos necesitan menos agua, y en el caso de los kiwis se dan menos plagas, precisando de menos tratamientos fitosanitarios. Asimismo, apunta a los plazos para cubrir la inversión, pues «mientras que en los naranjos necesitas 6-7 años para producir y recuperar el dinero que te has gastado, en el caqui o en el kiwi a los tres años ya tienes producción».

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