L'Horta se queda sin huerta

La pérdida de superficie agrícola se acelera en la comarca y pierde en cinco años más de 1.500 hectáreas terrenos destinados al cultivo

AVA-ASAJA y La Unió de Llauradors atribuyen la pérdida a la falta de rentabilidad y de relevo generacional, así como a las restricciones marcadas por las políticas agrícolas

Agricultores trabajando en un huerto de alcachofas cultivado entre Alboraia y Meliana

Agricultores trabajando en un huerto de alcachofas cultivado entre Alboraia y Meliana / Daniel Tortajada

Abraham Pérez

Abraham Pérez

En plena ola de protestas agrarias por la difícil situación que atraviesa el campo en nuestro país, decenas de agricultores de l'Horta se han unido a los cortes de carretera y tractoradas para reivindicar la importancia de la agricultura y reclamar medidas para el sector primario. Y es que la comarca no se escapa a la crisis de precios que atraviesa el sector y que está provocando el abandono de campos. De hecho, en los últimos años este proceso se está acelerando según reflejan los datos de la Generalitat Valenciana, que muestran que en el último lustro la comarca ha perdido 1.592 hectáreas de superficie agrícola.

Para poner en contexto estas alarmantes cifras basta con analizar el censo. Según los datos del Instituto Valenciano de Estadística (IVE), al cierre de 2022, el último de que hay registros, en los 43 municipios de l'Horta Sud y l'Horta Nord había una superficie agrícola de 20.350 hectáreas frente a las 21.942 que había a finales de 2017. Esto es un 7,26% de la superficie total, 16 millones de metros cuadrados menos para cultivar en una comarca con extensión de unos 120 km² y cuyo nombre hace referencia a la importancia que la actividad agrícola ha tenido históricamente en esta zona, abasteciendo desde hace años a los principales mercados de la provincia.

"Si no se atajan los problemas irá a más", alertan los agricultores

La cifra preocupa, y mucho, ya que estos mismos datos reflejan que en este periodo el proceso de abandono se ha sextuplicado. Y es que en el periodo comprendido entre 2013 y 2018 el déficit de terreno agrícola era de 259 hectáreas, una cantidad que ya alarmaba en su día a los expertos y que ahora aumentan la presión para exigir medidas al comprobar que el abandono se ha multiplicado por seis. "Y la cifra va a ir a más mientras no se atajen los problemas", explican desde la Unió Llauradora, que atribuyen este escenario a las políticas agrarias de la Unión Europea impuestas en nuestro país, así como a la falta de rentabilidad y de relevo generacional.

"Esta nueva pérdida de terrenos de cultivo, unida a la de los últimos años, pone de manifiesto que hay que adoptar políticas en clave autonómica para evitar esta situación y ayudar a mantenerse en sus explotaciones a los agricultores profesionales de l’Horta", señalan desde la organización autonómica, que apuntan que "mimetizar las políticas estatales y europeas sin hacer nada más con presupuesto propio de la Conselleria de Agricultura es dejar morir al enfermo".

Los agricultores apuntan también a las importaciones como uno de los grandes problemas ya que "están hundiendo los precios". En este sentido, acusan una "desventaja" ante países terceros ya que "mientras que a nosotros se nos prohíbe usar determinados productos a ellos se les permite. Si yo tengo que usar productos más caros para controlar las plagas eso afecta al precio final". Así, hablan de una competencia desleal y piden "competir con las mismas reglas del juego".

Una legislación que "ahoga" más al sector

Influye también el incumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria, una normativa que se creó para impedir que los agricultores vendieran por debajo del precio de producción y que "no está funcionando porque hay un desequilibrio evidente entre el precio que percibe el agricultor y el que paga el consumidor", denuncian. A este respecto, desde AVA-ASAJA plantean que un organismo público determine los costes medios de producción de cada cultivo y en cada eslabón de la cadena porque "esto permitiría a los agricultores conocer la horquilla de precios a la que podrían vender".

Campos de huerta cultivada entre Alboraia y Meliana

Campos de huerta cultivada entre Alboraia y Meliana / Daniel Tortajada

Asimismo, la asociación apunta a la Ley Huerta de València, una normativa impulsada por el Botànic en 2018 con el objetivo de preservar, recuperar y dinamizar la huerta de València y su área metropolitana, pero que a juicio de los agricultores "ha ahogado más al sector". "La nueva ley busca hacer una foto bonita de la huerta porque impide que se junten parcelas, prohíbe invernaderos, y además genera más trabas burocráticas", lamentan desde AVA-ASAJA, que denuncian que esta con esta normativa "las restricciones son mucho más fuertes en la comarca de l'Horta que en otros puntos de la Comunitat Valenciana".

Crear la marca 'Producte de l'Horta'

La suma de todos estos factores expuestos están agravando los problemas de rentabilidad, y por ende, están derivando en el abandono de las huertas y la falta de relevo generacional. "Es la pescadilla que se muerde la cola. La población está envejeciendo y las nuevas generaciones optan por otros empleos mejor remunerados, por lo tanto, o venden o abandonan", aseguran desde la Unió. Así, proponen incentivar la agricultura y permitir la ampliación de los terrenos para que sean más competitivos y los agricultores puedan obtener más ganancias.

También "crear la marca 'Producte de l'Horta' que sirva de reclamo y que destaque la calidad del producto", plantean desde la asociación de agricultores, que ya han planteado al nuevo Consell revisar la ley actual "para aliviar las restricciones y modificarla de manera que no limite, sino que incentive la concentración de parcelas para hacerlas más grandes y más competitivas".

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