Supermercados, concesionarios y formación, la nueva vida de las discotecas

Muchas salas de los ochenta o noventa han 'resucitado' como negocios de distinta índole

Derribo de la antigua discoteca Arabesco

Derribo de la antigua discoteca Arabesco

La instalación de una nave comercial sobre la parcela que durante años albergó la discoteca "Coolor" de Picassent, marcada para siempre por el Caso Alcàsser, es el penúltimo episodio de la nueva vida de una discoteca. En los últimos años aquellas míticas salas de baile que congraban a miles de jóvenes cada fin de semana se han convertido en supermecados, escuelas de formación, concesionarios o simplemente montañas de escombros.

Imagen de la mítica Distrito 10, en Pla del Real

Imagen de la mítica Distrito 10, en Pla del Real / L_EMV

Distrito 10 fue uno de los emblemas discotequeros de València. Nació en 1982 junto al Jardín de Viveros. La discoteca completaba un podio de élite junto con Metrópolis (hoy la Indiana), Woody y Arena. La sala impulsada por Santi Martínez, Carlos Llobet y Miguel de Vicente se hizo con un nombre en la ciudad y colgaba el cartel de lleno de jueves a domingo. La crisis del 92 hizo mella en Distrito que acabó cerrando y convirtiéndose en un centro de formación.

Antigua Arena Auditorium

Antigua Arena Auditorum / L_EMV

Arena y Woody

Las compañeras de tardes y noches de música de Distrito 10, a excepción de la incombustible la Indiana de la calle San Vicente que sigue abierta, también acabaron cerradas. Arena, en el barrio de Benimaclet, cerró sus puertas en 1999. La sala abrió a principios de los ochenta como Pachá Auditorium en lo que antiguamente era un almacén de patatas. Poco después se rebautizó como Arena Auditorim y por su escenario actuaron grupos como Depeche Mode, The Cult, Loquillo o Héroes del Silencio. Tras su cierre, el inmueble fue degrándose e incluso sufrió algún incendio, ante las quejas vecinales. Finalmente se convirtió en un supermercado, idéntico fin que corrió Woody.

La última sesión de Arabesco

En abril de 2017, las máquinas derribaron la discoteca Arabesco para convertirla en un supermercado y un establecimiento de comida rápida. Se ponía fin a una sala, que desde principios de los años 90 hasta marzo de 2007, y bajo los nombres de Arabesco y al final de sus tiempos, Queen y Space, hizo bailar a miles y miles de valencianos en alguna de sus tres pistas, su terraza o su aparcamiento. Todavía se conservan un par de los icónicos arcos de su fachada.

De Espiral o concesionario

Espiral, en l'Eliana, fue uno de los templos con parada obligatoria para los asiduos a la Ruta del Bakalao. Sus sesiones de música congregaban a miles de personas cada fin de semana, muchos llegados desde distintos puntos de España. La sala cerró a principios de los noventa con su nombre original y abrió posteriormente en dos ocasiones por las tarde para tratar de atraer a un público másjoven. Años después de su cierre se convirtiró en un concesionario de vehículos de una conocida marca alemana y desde hace unos meses es una firma de coches eléctricos americana la que ocupa la antigua discoteca.

La nueva vida de Banana's

La discoteca de la penadía del Romaní vivió su época de mayor gloria en los años 90 y en la primera década del siglo XXI. Abrió en 1987 como Macro Disco Palace y, dos años más tarde, en 1989, ya pasó a llamarse Banana's.  

Banana's vuelve a la vida

Arturo Iranzo / Marga Vázquez

En sus buenos tiempos llegó a contabilizar a entre 7.000 y 9.000 personas dentro de la discoteca y hasta 15.000 en el aparcamiento, donde se solía hacer botellón. Tenía tres salas, entre ellas un gran jardín, y una característica fachada acristalada que la hacía fácilmente reconocible. Pero en 2013, el Ayuntamiento de Sollana le retiró la licencia de actividad tras registrar un impago de 20.000 eurosBanana's cerró.

Casi 20 años después, y con la discoteca completamente abandonada durante años, se convirtió en escenario del rodaje de parte de la serie 'Paraíso', de Movistar. Ahora, la sala se ha reinventado como un centro de airsoft.

Reducidas a escombros

Durante diez años (1994-2004) The Face se convirtió en la cara bonita de Pinedo y de Valencia en general. Fue una discoteca que huía de los tópicos de otras discotecas cercanas. Por ejemplo, se impedía el acceso a jóvenes con zapatillas, calzado que marcaba tendencia, con las Air Max a la cabeza, en otras salas como Chocolate o Spook. Tras su cierre abrió con un par de nombres, pero nada volvió a ser igual. En 2017, fue derribada tras años de abandono, expolio y degradación. El próximo dos de marzo 'vuelve'.

También fue reducida a escombros Ku Manises. Fue el pasado año, después de casi veinte años cerrada. KU Manises fue uno de los referentes del panorama musical de la comarca. Durante más de dos décadas, el local situado en la Avinguda Tramvies se convirtió en parada obligatoria para los amantes de la noche, ya fuera por su ambiciosa programación de conciertos como por sus sesiones del tecno de cada década. El edificio fue construido en los 50 convirtiéndose en el casino de Manises. Posteriormente pasó a ser discoteca, primero bajo el nombre de The Central, pero fue con KU Manises y con KUM, renombrada como la “catedral del remember”, cuando se ganó un espacio en el ocio nocturno.

También fue mítica en su momento, allá por los años 80 del pasado siglo, la discoteca Chivago River, en la carretera de Benifaió a Alfarp, en la comarca de la Ribera Alta. Fue una de las primeras macrodiscotecas de Valencia y cada noche pasaban por sus salas miles de personas. Tras años de éxito, Chivago River se reconvirtió en Penélope y Fontana, pero no pudo aguantar el tirón y acabó cerrando. Hoy sigue clausurada y degradándose.

Chivago River, de discoteca de éxito a la ruina total

Arturo Iranzo / Marga Vázquez