Dos bomberos de la Ribera, el algemesinene Moisés Belloch, fundador de la ONG Intervención, Ayuda y Emergencias (IAE) y Juan Carlos Teruel, residente en Antella, han regresado tras permanecer varios días en misión humanitaria en Libia para participar en las labores de búsqueda y rescate de afectados por la destrucción de presas provocada por el ciclón Daniel. Han vuelto sin lograr su propósito. Sólo han visto que cadáveres en descomposición, pero regresan con la satisfacción del deber cumplido. Teruel ha revivido en aquellas tierras las imágenes de desolación que ya experimento en su propia tierra de origen durante la pantanada de 1982 y la no menos trágica riada vivida cinco años después, en 1987.
Juan Carlos Daniel viajó hace una semana junto a cuatro compañeros y dos perros hasta llegar a Derna, el epicentro del desastre. A la mañana siguiente seis compañeros más y un perro se unieron al contingente de rescate en la zona mas devastada por la inmensa ola que provocó la destrucción de las dos presas. «Allí realizamos labores de búsqueda de supervivientes siendo muy difícil encontrarlos debido a la devastación de la zona", apunta.
En ese entorno, Juan Carlos Daniel reconoce que, entrar en la zona más castigada fue como un «deja vu». Era como si ya lo hubiera vivido. «Yo que viví la pantanada de 1982 era como entrar en el túnel del tiempo y te entraba un escalofrío que iba a más cuando llegabas a las orillas del río. Había muchísima destrucción y muchos fallecidos, la mayoría de ellos en el mar. Han sido días duros de encontrarte personas fallecidas entre los restos y resultaba muy difícil encontrar personas vivas», relata. El sábado ya entró maquinaria pesada «debido a que ya urgía sacar a los fallecidos del barro para evitar posibles epidemias por lo que nos sacaron a todos de la zona», explica.
El sábado pasado el grupo de rescate valenciano recibió un aviso para que intentara encontrar en Susah a una familia de cinco miembros desaparecida. «Fui con un guía canino de búsqueda de fallecidos de Asturias a buscar a esas cinco personas pero era muy complicado, seguramente los arrastraría al mar porque no había ni rastro de ellos», elucubra.
El mismo sábado por la tarde les llevaron a Al Baida, desde la que partieron el domingo en avión a Trípoli. La expedición de bomberos valencianos tenía previsto salir anoche hacia España.