Golpe al narcotráfico tras confiscar 560 kilos de cocaína llegados al puerto de València entre chatarra

La Policía Nacional y Aduanas detienen a cuatro presuntos traficantes en Almassora, tras seguir el rastro del contenedor, que procedía de Panamá, hasta una nave industrial

La droga estaba escondida dentro de seis grandes cilindros metálicos

Agentes de la Policía Nacional posan junto a un cargamento de cocaína.

Agentes de la Policía Nacional posan junto a un cargamento de cocaína. / Efe/Elvira Urquijo

Teresa Domínguez

Teresa Domínguez

Nuevo golpe a las redes internacionales del narcotráfico que utilizan el puerto de València para introducir grandes cargamentos de cocaína por vía marítima al amparo de su enorme flujo comercial. En esta ocasión, han sido más de 560 kilos de cocaína que llegaron a los muelles valencianos camuflados dentro de un contenedor con chatarra y que han sido confiscados en una nave industrial de Almassora. 

La operación, llevada a cabo por la Policía Nacional y la Agencia Tributaria, ha permitido la detención de cuatro personas, todas ellas hombres, entre los que figura un empresario relacionado con varias sociedades de recuperación de materiales y de importación y exportación de chatarra, plásticos y herramientas en general, ubicadas en distintos puntos de la provincia de Castelló y en Madrid.

Fuentes de toda solvencia consultadas por Levante-EMV han informado de que la interceptación de este importante cargamento de cocaína ha sido posible gracias al análisis de información facilitada por agencias policiales antidroga y compartidas tanto con Aduanas, dependiente de la Agencia Tributaria, como con la Policía Nacional.

Según esa información, las autoridades panameñas habrían detectado una vía de entrada de cocaína al por mayor en Europa a través de España, principalmente por el puerto de València, que habría aprovechado exportaciones periódicas de chatarra para camuflar en su interior la droga.

Un método antiguo

Lo más habitual desde hace años es que las grandes organizaciones de narcos que producen cocaína en Suramérica para los mercados europeo y estadounidense envíen los alijos en lo que se llama gancho perdido o rip off en su nomenclatura en inglés. 

En esos casos, la cocaína es introducida en grandes mochilas o bolsas de deporte, a razón de entre 30 y 50 kilos de droga por valija, que los narcos introducen en los contenedores, casi siempre nada más abrir las puertas, o bien en el puerto de origen o en alguno de los intermedios que el buque toque en su periplo hacia Europa o Estados Unidos.

En los ganchos perdidos, también llamados ganchos ciegos, ni el importador de la carga legal ni el exportador conocen la existencia de la droga. Los narcos se aprovechan de empresas con fuertes y constantes flujos comerciales para ‘contaminar’ alguno de los contenedores con la cocaína, que luego es recuperada en el puerto de destino por grupos de especialistas en esa tarea. 

En apenas unos minutos, son capaces de violentar la puerta rompiendo el precinto con una cizalla, bajar las bolsas, colarlas en una furgoneta o la cabina de un camión con autorización para operar en el puerto, colocar un nuevo precinto idéntico al roto que otros han colocado en algunas de las bolsas para aparentar normalidad, y desaparecer. Es un método rápido, seguro y barato. Ypor esa razón es el más apreciado por los narcotraficantes desde hace años.

El seguimiento del contenedor

Sin embargo, la vieja modalidad de la ocultación dentro de una carga de apariencia legal, pese a ser más cara porque implica a más cómplices -eso incrementa la ‘carga salarial’-, aún sigue en vigor. Prueba de ellos es el alijo intervenido en Almassora. 

Las fuentes consultadas por este periódico han explicado que, en esta ocasión, los 560 paquetes de cocaína, de un kilo de peso cada uno, estaban camuflados dentro de seis cilindros metálicos, de más de un metro de alto y un diámetro de más de 30 centímetros, que habían llegado dentro de un contenedor cuya carga legal declarada era chatarra, con destino a una de las empresas del detenido.

Agentes de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Jefatura Superior de Policía de València y funcionarios de Vigilancia Aduanera también de València realizaron una entrega controlada autorizada por el Juzgado de Instrucción número 2 de Castelló que les permitió seguir el camión con el contenedor hasta una nave de Almassora, donde decomisaron la cocaína cuando la estaban descargando, durante la tarde del pasado 8 de noviembre. Ese mismo día, fueron detenidos el citado empresario y otros tres presuntos implicados en la trama.