"Podemos tener turismo pero no arruinar la vida de los vecinos"

La federación de vecinos inicia un proceso para buscar soluciones a la turistificación y presentarlas al Ayuntamiento de València

Turistas leyendo un cartel contra los apartamentos ilegales en Ciutat Vella. | GERMÁN CABALLERO

Turistas leyendo un cartel contra los apartamentos ilegales en Ciutat Vella. | GERMÁN CABALLERO / h.garcía. valència

La Federación de Asociaciones de Vecinos abordará la próxima semana la problemática de la vivienda en València y el efecto que sobre la misma está teniendo el fenómeno de los apartamentos turísticos. La FAAVV ha convocado para el jueves 16 de noviembre una mesa redonda con expertos en la que se abordará la problemática que vincula la turistificación y el acceso a la vivienda. La presidenta de la federación vecinal, Mª José Broseta, recalca que València «puede ser una ciudad turística, pero no a costa de arruinar la vida de la ciudad para sus vecinos y vecinas».

La mesa se organiza en colaboración con la Asociación de Vecinos del barrio de Sant Antoni, en la Saïdia, donde los vecinos lograron paralizar una macrorresidencia de estudiantes en la antigua fábrica de Guatla, y en el marco del diálogo iniciado por la federación con el nuevo Gobierno municipal, en manos ahora de PP y Vox, donde se ha propuesto la puesta en marcha de distintas mesas de trabajo.

Las conclusiones que se planteen en este encuentro serán trasladadas a la corporación municipal que se comprometió a llevar a cabo reuniones periódicas para analizar el fenómeno de los apartamentos turísticos que ha tensionado el precio de los alquileres y genera ya problemas de convivencia en barrios como el Carmen. «Los apartamentos turísticos son la principal oferta de alojamiento en la ciudad de València, sin embargo la mayoría desenvuelven su actividad al margen de normativas y sin control administrativo», apuntan los vecinos

El anterior gobierno municipal impulsó medidas para poner límite a esta actividad que acaba expulsando a vecinos y comercios de toda la vida de los barrios fijando un tope de apartamentos por manzana en barrios como el Cabanyal o prohibiendo nuevas licencias, salvo en edificios enteros, en entornos como Ciutat Vella. Las medidas no han sido suficientes para los vecinos que aseguran que la alta rentabilidad de este tipo de alojamientos está acabando con el alquiler residencial y encareciendo hasta límites inasumibles para muchas familias de la vivienda. La presión es tal en la capital que se empieza a trasladar a las poblaciones del área metropolitana.

«A las molestias y la inseguridad que esta actividad ocasiona en las comunidades de vecinos y vecinas, hay que añadir ahora una burbuja inmobiliaria que está dando lugar a la expulsión de residentes en muchos barrios de la ciudad y a la aparición de un estado de emergencia habitacional», recuerda Broseta..

La cuestión ahora es analizar por qué pasa todo esto y cómo ponerle remedio. En la mesa participará Andrés Boix, profesor de Derecho Administrativo, el arquitecto Jorge Gil, el abogado Luis Alventosa y el dirigente vecinal Toni Cassola.

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