El gamberrismo, el menudeo y las peleas preocupan en los barrios

Dos de cada tres valencianos perciben los ataques al mobiliario urbano y el consumo de droga como problemas graves

La mitad de los vecinos advierte del aumento de reyertas entre los jóvenes

Ofensiva policial en Orriols

Ofensiva policial en Orriols / Francisco Calabuig

José Miguel Vigara

José Miguel Vigara

El gamberrismo, el menudeo y el consumo de drogas, y las peleas entre menores se han convertido en un problema grave para la seguridad ciudadana en los barrios. Según el último barómetro municipal publicado en marzo con datos del último semestre de 2023, el 69,5% de los valencianos dice haber presenciado en su barrio actos de incivismo como rotura de mobiliario urbano, pintadas de edificios o daños en bienes privados y públicos. La encuesta municipal fue realizada en diciembre y enero, y pregunta a los vecinos sobre actos incívicos cometidos en los tres últimos meses, esto es, entre septiembre y noviembre. Más de un tercio de los entrevistados dice que han visto cometer estos ataques al mobiliario urbano más de una vez, por lo que son actos demasiado habituales que la ciudadanía percibe con preocupación. Otro porcentaje similar contesta que el gamberrismo se da alguna vez en su entorno urbano. Asimismo, el 63,4% de los valencianos señala el consumo y el tráfico de drogas como un problema mayúsculo en sus barriadas. También llama la atención, que más de la mitad de los encuestados, un 50,4%, ya advierte que las agresiones y las peleas entre menores y jóvenes están al día y son demasiado habituales. Estos tres vectores que aparecen reflejados en el barómetro confeccionado por la Oficina de Estadística Municipal preocupan especialmente a la alcaldesa María José Catalá y al equipo de gobierno del PP. Tanto es así que una de las primeras medidas que adoptó la alcaldesa al llegar a la vara de mando fue poner en marcha una unidad policial, la Unidad de Seguridad, Apoyo y Prevención (USAP), que entró en marcha en febrero y que tiene entre sus funciones básicas mejorar la seguridad ciudadana. Sobre todo, combatiendo el incivismo, el ruido por el botellón y el gamberrismo que causa daños en el mobiliario urbano yen los bienes del patrimonio inmueble local.

Otro dato que llama la atención es que los accidentes de tráfico, durante 2023, también se dispararon puesel 50,4% de los entrevistados reveló que más de una vez o alguna vez, han presenciado siniestros viales cerca de sus casas. Paralelamente, casi un tercio de los valencianos, el 30,2%, declara que ha habido robos en su barrio en los últimos tres meses.

Análisis por barrios

Estas cifras ponen de relieve que la inseguridad ciudadana es ya el problema que más preocupa a los valencianos, como publicó recientemente Levante-EMV. Tal como muestra el mapa anexo, por distritos, los vecinos que perciben como más seguros sus distritos son los de Pobles del Nord, El Pla del Real, Extramurs y Benimaclet. En cambio, quienes tienen más temores son quienes viven en Rascanya, Benicalap, Poblats Marítims y la Saïdia. En estos últimos enclaves urbanos, con barrios como Orriols, Malva-rosa, Casitas Rosas o San Antonio, los vecinos vienen movilizándose desde la época de Joan Ribó para mostrar sus quejas por la proliferación del vandalismo, los robos y la degradación urbana derivada de la falta de inversiones.

Con todo, hay otros epígrafes de esta encuesta municipal en la que se ha preguntado a 2.300 personas que ofrecen valoraciones positivas. Por ejemplo, de 0 a 10, los valencianos ponen una nota media de 6,8, a la seguridad en su barrio. Aquí, el 0 sería muy inseguro y el 10, muy seguro.

Por ende, la estima de los valencianos por su ciudad sigue siendo muy alta. Así, sobre un máximo de 10 puntos, la ciudadanía puntúa con un 8,2 el grado de satisfacción de vivir en la capital valenciana.

El equipo de gobierno del PP sostiene que estos parámetros ofrecen una visión más amable del «Cap-i-Casal». Además, como reconocía el concejal de Seguridad Ciudadana Jesús Carbonell a este periódico, la puesta en marcha de la USAP, la instalación de cámaras de vigilancia en distintos puntos de la capital y la mayor presencia de agentes en las calles «ya está dando frutos». Por ejemplo, en las fallas ha decrecido el botellón en un 18%, se han reducido los delitos graves un 15% y han bajado los accidentes de tráfico en un 32%. Para Carbonell, los malos coeficientes en esta encuesta demuestran que Catalá «se anticipó» al problema al considerar la seguridad ciudadana como una prioridad en su acción política e institucional. Pero como señaló, en el pleno de marzo, en materia policial se necesita tiempo para conseguir resultados.

Suscríbete para seguir leyendo