Las medidas que plantea Planas son insuficientes para el sector agrario

Patricio Simó

Patricio Simó

Pese a las promesas del ministro de Agricultura Luis Planas, los agricultores no se dan por vencidos y continuarán con sus protestas en defensa del campo. Entre las medidas que el ministro ha puesto sobre la mesa: simplificar la burocracia, redoblar el número de inspecciones,  eliminar la obligatoriedad del cuaderno digital y defender en las instituciones europeas iniciativas para limitar la competencia desleal de países extracomunitarios que perjudica a los productos nacionales.

Las asociaciones agrarias continúan con las movilizaciones, tras más de diez días de cortes de carreteras y movilizaciones.

A pesar de las buenas intenciones del ministro Planas de llevar a Bruselas las reclamaciones del sector agrario porque muchas de las medidas requieren la aprobación de la UE, las organizaciones agrarias mayoritarias del sector como UPA, Asaja o COAG mantienen intacto el calendario de movilizaciones.

El campo español se enfrenta a varios problemas. Es un sector tremendamente atomizado. El tamaño medio es de 17 hectáreas. Esto provoca que los costes de producción sean elevados, siendo la producción por hectárea muy baja.

El segundo gran drama del mundo rural es el envejecimiento de su población, cuya media de edad ronda los 57 años y no hay relevo generacional porque el campo ha dejado de ser rentable. Los jóvenes prefieren marcharse a la ciudad que coger un tractor o abonar la tierra.

Por otro lado, la enorme regulación en el uso de fitosanitarios está provocando un fuerte incremento de los costes de producción, disminuyendo la productividad y haciendo inviables muchas explotaciones agrarias. También la enorme burocracia que soporta el sector es un problema añadido a todo este lastre que soportan.

La subida del SMI que desde 2018 ha subido un 54% es otro factor que lastra nuestra competitividad en el campo al tener que competir con países como Marruecos, con una mano de obra mucho más barata, que, además, entra sus productos por las fronteras sin ningún tipo de control sanitario.

Otro factor añadido es la falta de agua, después de que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero derogara el Plan Hidrográfico Nacional por una cuestión meramente ideológica y no técnica, impidiendo el trasvase de las zonas con superávit hídrico a las deficitarias, como es el caso del Levante español.

Es lógico que en este contexto se haya producido un fenómeno que se conoce como deslocalización de la producción, como ocurrió con el sector textil, donde muchas empresas se fueron a producir fuera de España porque les resultaba más rentable producir fuera de nuestro país que en España y el campo no es ninguna excepción.