Sacos de arena de gato, cartones y telas viejas para que el agua no pase de la puerta
Los vecinos están acostumbrados a este tipo de inundaciones de forma periódica aunque la intensidad les sorprendió y tuvieron que improvisar
Una vecina del Cabanyal señala la altura a la que llegó el agua. M.A.MONTESINOS
Doce de la noche en el barrio del Cabanyal. Marian Marín está sentada en la cama con sus mascotas mientras ve como todo flota a su alrededor y uno de sus perros le ladra a un bote de vicks vaporub. «En ese momento no sabía ya qué hacer, al principio achicaba agua pero conforme salía entraba, así que me subí a la cama y esperé», cuenta. Recuerda pasar miedo y sentirse angustiada, pero sobre todo «muy impotente».
Aunque puso un tope de madera en su puerta, la ventana antigua de al lado no soportó la presión del agua y comenzó a entrar pese a los cartones que había colocado. Luego llegó un momento en que la lluvia superó el tope. Cuando a las dos de la mañana paró de diluviar y con media casa empapada comenzó a sacar cubos.
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