Paralizado 'in extremis' el desahucio de una mujer y su bebé de 6 meses

El desalojo ha quedado paralizado temporalmente hasta finales de febrero

Mónica Ros

Mónica Ros

"Si no fuera por la movilización vecinal, Saray y su familia estarían hoy en la calle". Es la voz de Ana, del sindicato de barrio Orriols en Bloc que hace guardia junto a la puerta de un piso en el corazón de este barrio de València. Este piso es el techo de esta familia sin recursos que está hoy pendiente de un desahucio de un fondo buitre. A media mañana se ha comunicado a la familia que el desahucio ha quedado paralizado temporalmente hasta finales de febrero.

La orden llegó tras un primer intento de desalojo ilegal, de la mano de una empresa de desocupación, tal como contó Levante-EMV hace unos meses. Entonces Saray estaba embarazada. Hoy la bebé tiene 6 meses y mira atenta cómo los vecinos pitan y gritan que su familia se queda, hoy, en su casa. Se llama Lucía y ha nacido en la precariedad. Entre su madre y su padre no suman 500 euros de ingresos, una cuantía que es la que le pide el fondo buitre de alquiler social.

Una mujer y su hija de 6 meses, pendientes de quedarse en la calle por el desahucio de un fondo buitre

Germán Caballero

La orden de desahucio llegó como un regalo envenenado para empezar el año 2023. La familia sabía que necesitaban un informe de vulnerabilidad --el que tenían había caducado ya que tiene una vigencia de 3 meses-- pero uno no puede acudir a servicios sociales sin cita previa. Les citaron ayer lunes por la tarde. A la hora del desahucio (10,45 horas) el informe de vulnerabilidad aun no había llegado a manos del juez. Media hora más tarde, agentes del Cuerpo Nacional de Policía les informaban de que la Comisión judicial estaba en camino pero que todo indicaba que el desalojo se iba a posponer gracias a que el documento ya había llegado al juzgado. Y así, en el último minuto, el desalojo se ha paralizado. Pero ¿qué habría pasado de no ser así? La respuesta de la Administración a esta familia es ofrecerle un albergue. "¿Cómo va a vivir esta familia en un albergue? ¿Esa es la solución? Es de vergüenza. Parece que a nadie le importe lo que le pasa. menos mala que vecinos y activistas estamos aquí", aseguran desde el Sindicato de barrio Orriols en bloc.

Mientras Saray hablaba con la comisión judicial (que le informaba de que la paralización tenía fecha y que su tranquilidad apenas va a durar un mes) en la puerta de esta familia vulnerable había decenas de vecinos, jóvenes y mayores, de Orriols y de otros barrios de la ciudad (Monteolivete, Cabanyal, Malilla y Burjassot), dispuestos a defender el techo de Saray, su marido y su hija. "Hoy es ella y mañana podemos ser cualquiera porque los fondos buitre se están quedando con todo el mercado inmobiliario. La vivienda es un derecho. Ni casas sin gente ni gente sin casa. Hoy de aquí no nos vamos hasta que este desahucio no se pare. Un desalojo, otra okupacion", afirman los asistentes, pertenecientes a diferentes sindicatos de barrio de la ciudad de Valencia.

Tensión ante el inminente desahucio de una madre y su hija de seis meses

LMV

La noticia de la paralización se recibió con alegría y con cierto sabor agridulce. Los activistas saben que dentro de un mes se repetirá la movilización, aunque el objetivo se centra ahora en aportar toda la documentación necesaria que permita incluir a Saray a su familia en el escudo social del decreto del Gobierno. Cumplen los requisitos de sobra, pero es el juez quien decide. "¿Qué ganamos echando a la calle a una familia así? Más miseria. Conocimos a Saray cuando unos matones contratados por el fondo buitre se presentaron para echarla de su casa. La presión vecinal ha sido clave para que hoy Saray mantenga su hogar. Entre todos lo hemos reformado y hemos convertido un auténtico cuchitril en un hogar. ¡Y ahora se tiene que ir? ¿Por un fondo buitre? De eso nada". Y los gritos en defensa del sindicato vecinal y de una vivienda digan tomaron la calle.