Enfermera de bata blanca y fallera de «parka reversible»

Tengo una libreta desde niña en la que escribo cómo me gustaría ser mi año de fallera mayor: los trajes que quería hacerme, los regalitos que quería hacer... la libreta existe y por supuesto que me encantaría». Pero, de momento, Rosa Bañuls tendrá que esperar a ver qué pasa en la Fonteta. Es la única que acude sin haber sido fallera mayor (Lidia Berlanga no lo ha sido este año, pero sí en 2017). El año pasado no hubo ninguna entre las trece finales, pero tan lejos como en 2022 estuvo en la misma situación una fallera tan querida en el grupo como Marina Estevan. «Mi fallera mayor, Mari Carmen, ya me decía en Fallas que quería que fuera yo en su lugar. Ella no quería por edad. Pero había que pasar el proceso: la comisión abrió plazo para representantes en la preselección y me lo propuso más gente cercana. Pensé que era una oportunidad, trenes que pasan una vez en la vida y si no las aprovechas, quizá te arrepientas».

De dos fallas a la vez... y vecinas

No sería la primera fallera que hace el proceso al revés: primero corte y luego fallera mayor de su comisión. Beatriz Hernani, Carolina Ferrando, Alicia Llombart, Amparo García... y si lo consigue será la recompensa a la que llamaban «la fallera de la parka reversible. Porque he sido de otras comisiones y hasta de dos a la vez». Y vecinas: «estuve y fui fallera mayor infantil en El Parotet, de la que guardo muy buenos recuerdos. Pero al final, mis padres se apuntaron a Avenida de Francia y por afinidad ya acabé yo también allí». 

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Estirpe en el mundo de la medicina

Eso, en lo fallero. En lo profesional es enfermera. «Actualmente trabajo en el área de hospitalización del IMED». O sea, ya un contrato indefinido. «Superbien». Hospitalización y medicina interna. «Tenemos un poco de todo; sobre todo gente más mayor pero también paciente oncológico, algún Covid que viene todavía de vez en cuando». Todo ello tras una trayectoria profesional de vocación: «mi padre, mi hermano, mi cuñada son médicos pero yo quería ser enfermera desde el primer día». Su padre es reumatólogo, el doctor Bañuls Bolta. «Es muy conocido sobre todo en la zona de Gandia, porque es de allí». Aunque no trabaja ahora en ese área, Rosa tiene la especialización en «dermoestética, paciente oncológico y micropigmentación». Algo tan delicado, y a la vez tan importante como la creación de una nueva areola en las mujeres operadas de cáncer de mama a base de micropigmentación. «Para ellas es algo muy difícil y es una forma de recuperar la naturalidad. Es una emoción muy grande para ellas y como profesional es supergrato. He procurado aprender de grandes especialistas en Sevilla, en Madrid y aquí en València. Es una alternativa que tengo ahí, a la espera de la homologación definitiva de la enfermería dermoestética, que aún está como en un limbo». 

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Una comisión-vivero de ilustres

En su relativamente corta existencia, Alameda-Francia ya ha tenido una fallera mayor infantil de València, Nela Ayora, y varias cortesanas. La última, hace nada: Claudia Rodríguez Blanco, en la Corte de dos años 2020 y 2021. Será el punto y seguido a una trayectoria que también tuvo en Gandia. «Cuando era pequeña, en la Ofrenda de Gandia, no es que me perdiera, sino que volví a casa por mi cuenta. Imagínate a mi familia angustiada: «¿Donde está Rosita, donde está Rosita? y yo me había vuelto a casa yo sola, y ya estaba con mi abuela. «¿Qué queréis? Estoy aquí», les contesté cuando entraron.  

En la noche de la Fonteta también puede llegar a decir «Estoy aquí».