L'Horta Sud
El Consell adjudica una residencia en Ontinyent al autista de Manises que vivía encerrado en una habitación
Esta semana está previsto que profesionales de Igualdad visiten al joven para actualizar su estado de salud y adaptar el recurso a sus necesidades
Carmen y Paco, vecinos de Manises, ya respiran tranquilos. "Ha costado, pero al final parece que todo llega", cuenta la primera por teléfono a este periódico. Tras más de cuatro años esperando una plaza en una residencia para su hijo autista, de 31 años y con comportamientos muy agresivos (desde el verano de 2022 vive encerrado en una habitación), la Conselleria de Igualdad por fin les ha adjudicado una plaza en una residencia de Ontinyent.
"Reunida la comisión de valoración y resolución de plazas en centros públicos de personas con diversidad funcional en la dirección territorial de Igualdad y Políticas Inclusivas de València [...] se ha acordado la adjudicación de plaza en la Residencia Ontinyent". Con esta carta, la administración autonómica emplazaba a los padres del joven a acudir a una reunión para aceptar esta adjudicación de forma presencial.
Una vez dados los primeros pasos, esta semana que empieza, trabajadores de la Conselleria de Igualdad visitarán al hijo de Carmen y Paco en su casa para actualizar el estado de salud mental del joven y poder adaptar los recursos a sus necesidades actuales, tal como informa la familia. Tras cuatro años de espera, la solución ha llegado a Manises.
La situación de esta familia salió a la luz a finales de septiembre de 2022, cuando este periódico publicó las condiciones en las que se encontraba el joven, de 31 años y sobre todo la convivencia con sus padres. Su grado de autismo (con un 77 % de discapacidad y un grado de dependencia reconocido) sumado a sus problemas de salud mental habían catapultado la situación a un precipicio emocional y físico para su familia.
Si bien hasta 2019 estuvo en un centro de día donde llevaba una "vida normalizada y socializaba", tal como explica su madre, cada vez se ponía más agresivo hasta el punto de morder a sus progenitores y romper muebles y electrodomésticos.
En enero de 2020 solicitaron por primera vez una plaza en un centro residencial por los problemas de convivencia que tenían con su hijo. Pero hasta ahora, no han podido obtener una solución real. Desde este verano, el chico vivía en una habitación sin muebles, con el aire acondicionado "enjaulado" y un inodoro portátil para hacer sus necesidades, pues el del cuarto de baño lo arrancó de cuajo. Carmen le daba los medicamentos y la comida por la ventana pero la situación era insostenible.
En su día, la propia Conselleria de Igualdad apuntó que si no había plaza para el joven autista era debido a "una búsqueda infructuosa de plazas" porque "no hay un centro en la provincia que pueda atender sus necesidades". No había recurso para el chico ni tampoco solución para él y para sus padres. Eso es lo que vino a decir Igualdad.
Desde entonces, la Fiscalía Provincial de València comenzó a investigar el caso a finales de octubre a petición del Defensor del Paciente y abrió diligencias preprocesales y requirió información a la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas para saber las razones por las que el joven no tiene centro. Ahora, cuatro meses más tarde, las búsquedas de Igualdad por fin han sido fructíferas. Carmen señala que está "muy contenta" pues "aunque pensaba que nunca llegaría", "el ruido que hemos hecho ha servido para algo y para que él tenga una mejor calidad de vida".
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