La iglesia del valle de la Murta es 400 años después una pura ruina
El ayuntamiento y la asociación que defiende el paraje conmemoran hoy el cuarto centenario a la espera de la anunciada restauración de la Torre dels Coloms
El viejo monasterio languidece
El templo contó con la financiación de la poderosa familia Vich pero tardó 108 años en construirse y bendecirse
A. C.
El alcalde de Alzira, Alfons Domínguez, y el presidente de la Associació d’Amics de la Murta, Xavier Blasco, presidirán hoy la conmemoración oficial del cuarto centenario de la iglesia del monasterio de la Murta, construida entre los siglos XIV y XV sobre una ermita anterior que fue reaprovechada como sacristía. Se bendijo el 17 de septiembre de 1623 con el boato propio de los grandes ceremoniales gracias a la dadivosidad de la poderosa familia Vich, en cuya genealogía aparecen grandes dignidades de la Iglesia y altos funcionarios del reino, pero de ella hoy solo quedan restos arqueológicos: algunos arcos de piedra, muros y estructuras del basamento. El histórico convento necesita una restauración urgente que frene su progresivo deterioro, pero tras décadas de súplicas, la intervención rehabilitadora se ceñirá a la Torre dels Coloms, el elemento arquitectónico que mejor ha superado el paso del tiempo.
El histórico convento de monjes jerónimos se alza en el corazón del valle de la Murta. La frondosidad y la riqueza botánica del bosque mediterráneo compiten en ese bello paraje con el encanto melancólico que todavía transmiten las ruinas monacales. Pero todo ese patrimonio sigue en peligro. La amenaza de colapso arquitectónico y el riesgo de destrucción que generan las constantes amenazas de incendios forestales palpitan cada vez con mayor intensidad y frecuencia en el corazón de los alzireños.
Amics de la Murta aprovecha cualquier oportunidad para lanzar mensajes de alerta. Su presidente, Xavier Blasco, tampoco ha desperdiciado el cuarto centenario de la vieja iglesia para reclamar «a la sociedad civil y a las Administraciones Públicas, la importancia patrimonial que merece el valle mágico de la Murta y la necesidad de defender los restos arquitectónicos que, a consecuencia de las inclemencias del tiempo y de la falta de actuaciones, cada vez están más deteriorados».
El embajador Jerónimo Vich se ofreció a financiar las obras a cambio de poner sus armas en la puerta de la Iglesia, a la que también quiso convertir en panteón familiar. Alrededor de ese primitivo templo se edificó el claustro y otras dependencias del convento. La falta de financiación y las distintas preferencias que marcaba el prior dilataron mucho su construcción. El proyecto estuvo paralizado casi un siglo. La nave central estaba acompañada de capillas laterales y el coro se dispuso elevado, al igual que el altar, bajo el que se diseñó la cripta. La austeridad inicial se compensó después con azulejos y florores policromados.
El último informe técnico, elaborado en 2021, advertía del «estado crítico» de las ruinas. El Consell Valencià de Cultura, reunido de manera excepcional en Alzira el año pasado, volvió a reclamar la restauración de las ruinas de la Murta, tal y como ya había hecho dos décadas antes sin éxito. La última intervención de calado se remonta al año 2010.
El ayuntamiento otorgó en julio a la Generalitat la licencia urbanística necesaria para iniciar la restauración de la Torre dels Coloms. La primera fase costará 800.000 euros, aunque la intervención conjunta alcanzará los 1,2 millones. Los trabajos deberían comenzar a principios de 2024 y estar acabados en dos años.
- La factura hospitalaria del alzireño en Cancún se acerca a los 150.000 euros
- Cullera ve inevitable el 'Manhattan
- Récord: 4.250 euros por 50 kilos de tomate
- La familia valora la vía judicial para reclamar el desorbitado coste médico de Cancún
- Acaba la 'pesadilla' de Cancún: el alzireño ya ha regresado a casa
- El alzireño Adrián Fernández recibe el alta en Cancún tras casi veinte días hospitalizado
- Roban quince pasarelas de madera de la playa de Cullera
- El hospital pide que se salden las cuentas antes de dar de alta al turista alzireño