València dice adiós a las cabinas telefónicas

El ayuntamiento retira las últimas 180 cabinas que permanecían abandonadas en las calles y se habían convertido en un foco de suciedad

Retirada de todas las cabinas telefónicas

Claudio Moreno

Claudio Moreno

La imagen no puede ser más nostálgica. El último clavo en el ataud de nuestras vidas analógicas. El Ayuntamiento de València ha retirado las cabinas telefónicas que llevaban años abandonadas en las aceras de la ciudad. Según explican fuentes muncipales, el operativo se ha realizado en tiempo récord porque las anacrónicas cabinas estaban sin uso y se habían convertido en un nido de suciedad.

El concejal de Movilidad, Jesús Carbonell, ha asegurado que Telefónica ha completado la retirada de las 180 cabinas que estaban abandonadas en las calles de la ciudad de València. “Los operarios han concluido la retirada porque era un mobiliario urbano y obsoleto sin uso desde hace años”.

Para la alcaldesa de València, María José Catalá, ha sido una prioridad la retirada de este tipo de mobiliario urbano porque estaba ensuciando las calles ya que se encontraban abandonadas y en mal estado. Es por eso que, según ha explicado el concejal, “se ha trabajado de forma conjunta con Telefónica para retirarlas cuanto antes y así lo trasladó María José Catalá en la reunión mantenida con directivos de la empresa”.

“El motivo es evitar la dejadez que ha sufrido este mobiliario urbano durante años y dejar más limpias y aseadas las calles de la ciudad”, ha explicado Carbonell. “El anterior equipo de gobierno no hizo nada durante ocho años y nosotros lo hemos solucionado en menos de un año”.

La retirada, en efecto, llega varios años tarde, pues la aparición de la nueva Ley de telecomunicaciones del año 2019 anunció que, para 2022, definitivamente, desaparecerían todas las cabinas telefónicas de las calles españolas. La normativa articulaba el declive del teléfono enganchado a un cable, algo que comenzó en 2006 cuando se registraron más líneas de teléfonos móviles que habitantes en España.

Desde entonces, especialmente en los últimos años, las cabinas habían quedado como un elemento casi cinematográfico, el decorado de una época que nunca volverá. En València ya no se podrá salir de Matrix.