¿Olas de calor?

Están dejando de tener sentido los reiterados avisos por las sucesivas olas de calor que se van sucediendo en este mes de julio. Y aún nos queda agosto. Estamos padeciendo la 3ª ola de calor y se nos avecina una 4ª dentro de unos días. Se trata, además, de secuencias intensas, pero de corta duración que están afectando a gran parte del territorio español salvo las regiones del cantábrico, Pirineos y el norte de Castilla y León. Tenemos que acostumbrarnos a que los veranos ibéricos van a ser regularmente calurosos, con algunos días de pico térmico donde las temperaturas serán más altas. La estación cálida del año se prolonga hacia los extremos (junio y septiembre) y el calor registrado es más duradero, porque las noches son cada vez más calurosas. Estos días los medios se interesan por los records de temperatura que se pueden alcanzar en el Valle de la Muerte de California, en Italia o Grecia. Y se preguntan si en España se va a batir el record de temperatura máxima más elevada que tiene anotada la localidad cordobesa de La Rambla (47,6ºC). Es lo de menos. Tarde o temprano este record se superará. En una atmósfera cada vez más cálida no cabe duda de que en los años venideros registraremos en alguna ocasión un nuevo record de temperatura en nuestro país. Lo más correcto y adaptado a la realidad de nuestros veranos va a ser hablar de tiempo regularmente caluroso o muy caluroso según las zonas, con picos de temperatura muy alta de día y de noche en relación con sucesivas oleadas de aire sahariano que se van produciendo de forma habitual entre junio a septiembre. Así son ahora los veranos ibéricos: poco confortables, muy calurosos, con oleadas de picos térmicos más altos que se suceden a intervalos casi semanales.