Los hospitales atienden ocho golpes de calor en lo que va de verano

Sanidad no tiene registros de ningún episodio esta semana relacionado con el último subidón de temperaturas que ha dejado máximas históricas en València

El jueves se registraron temperaturas de récord en València.

El jueves se registraron temperaturas de récord en València. / Francisco Calabuig

Los diferentes episodios de calor intenso que ha sufrido la Comunitat Valenciana desde finales de junio han provocado que al menos ocho personas hayan tenido que ser atendidas con síntomas compatibles con un "golpe de calor". Es la cifra oficial aportada por la Conselleria de Sanidad en lo que va de verano y que, contra pronóstico, no se ha movido en la última semana. Este último episodio de temperaturas anormalmente altas y que han roto récords en la ciudad de València con casi 47 grados no parece haber dado pie a ninguna emergencia de este tipo que, en otras ciudades ya se ha cobrado víctimas mortales.

Porque, tal como advierte el presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes-CV), Pere Llorens, sufrir un golpe de calor "no es una cuestión leve" ya que los síntomas que se presentan suelen ser graves y, en ocasiones, fatales para quien lo sufre. Una persona con golpe de calor presenta una temperatura muy elevada, incluso por encima de 40 º y, sin embargo, tiene la piel seca y no suda, porque su cuerpo ya no es capaz de termorregularse. Además, se puede presentar fatiga, náuseas, vómitos, dolor de cabeza, convulsiones, alteración del estado mental, incluso coma. En definitiva una afección multisistémica grave. De hecho, el año pasado, dos valencianas murieron tras presentar un golpe de calor, una anciana de 94 años a finales de julio y una mujer de 66 años a principios de agosto.

Agotamiento, calambres...

Sin embargo, no es un cuadro que se dé muy habitualmente. Sanidad solo reconoció el año pasado como oficiales 10 de estos episodios atendidos en hospitales (de los que dos acabaron en muerte), aunque por la puerta de urgencias llegaron otros 206 pacientes que fueron atendidos "por golpe de calor". "A los hospitales nos llegan muchas personas con complicaciones por el calor, por haber estado mucho tiempo expuestos al sol o haber hecho ejercicio y que se pueden codificar como golpe de calor pero realmente son problemas de agotamiento por calor o calambres, que al final son síntomas más leves y no tiene nada que ver con lo que realmente es un golpe de calor que pueden ser fatales", explica el especialista que es responsable del servicio de Urgencias del Hospital General Doctor Balmis de Alicante.

Según su experiencia y la del resto de compañeros de Urgencias de la Comunitat Valenciana, este año y pese a los episodios de calor intenso que ya se han sufrido en julio y este mes de agosto, "no tenemos sensación de estar en un año diferente y con muchas más complicaciones de lo habitual", concede el especialista que acaba de recoger el testigo de la Semes-CV de manos de su antecesor, Javier Millán, responsable de Urgencias del hospital La Fe.

A Llorens tampoco le sorprende que esta semana de calor y los récords del pasado jueves no se tradujeran en un aumento de complicaciones en las salas de los hospitales valencianos. "En nuestro país estamos preparados para el calor y se había avisado de este episodio", apunta por lo que la población "ya había tomado sus precauciones", reflexiona.

Ancianos frágiles deshidratados, lo más habitual

Lo que sí se sigue viendo de forma habitual en las salas de espera son las complicaciones por el calor, sobre todo por el calor sostenido, que sufren las personas más mayores. "Situaciones de golpe de calor son muy poco habituales, y algo más normales las complicaciones por calor como esos agotamientos y calambres pero lo que sí es muy normal atender en época de verano es a esos ancianos con muchas enfermedades, incluso dependientes, que nos llegan deshidratados después de varios días de calor", apunta Llorens.

Y es que, según explicó la médico de Familia y coordinadora del grupo del mayor de la Sociedad Española de Medicina de Familia, Semfyc, Carolina Mir, los ancianos frágiles (con varias enfermedades y multimedicados) son los más sensibles a las altas temperaturas ya que su sistema de termorregulación funciona peor "y tienen menos sensación de sed y, junto a la toma de medicación, es más fácil que se deshidraten".

Este es el cuadro que, a causa del calor, más se atiende en los hospitales pero no "computan" como problemas directos por calor, sino como deshidrataciones, aunque incluso en los fallecimientos que pueden registrarse después, "el calor sí ha sido un factor determinante", añade Llorens ya que quizá la deshidratación no se dado "después de una exposición prolongada al sol como un deportista joven que tiene un golpe de calor, sino más bien por una exposición sostenida a altas temperaturas en la que sigo bebiendo lo que bebía, y me deshidrato". Para contabilizar estas muertes que deja el calor pero no se computan como tal, el Instituto de Salud Carlos III tiene el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria por todas las causas (MoMo) que estima cuántas muertes "de más" se dan en épocas de temperaturas inusuales. El verano pasado fueron 337 fallecimientos de más.