Puig se aparta y busca un proceso rápido de renovación en el PSPV

"Se necesitan nuevos vientos y liderazgos", afirma el dirigente, que hoy concretará en el comité nacional su estrategia, compartida con Ferraz, que se perfila por un congreso urgente mientras él dejará las Corts y decidirá entre la OCDE o el Senado

Joan Manuel Serrat y Ximo Puig se abrazan este viernes, en València, durante la entrega de los premios de UGT-PV.

Joan Manuel Serrat y Ximo Puig se abrazan este viernes, en València, durante la entrega de los premios de UGT-PV. / Fernando Bustamante

Alfons Garcia

Alfons Garcia

Una de las llamadas que Ximo Puig recibió en la mañana de este viernes fue la de Jorge Alarte. Fue el secretario general del PSPV al que el expresident de la Generalitat ganó el 31 de marzo de 2012 para asumir el liderazgo del partido. Los últimos años ha sido alto cargo al lado de Puig. La llamada tiene valor simbólico y enmarca la etapa que se empieza a cerrar hoy, cerca de doce años después, ocho de ellos al frente del Consell.

Porque Puig cede paso. Tiene previsto anunciar en el comité nacional de hoy que abandona la dirección del PSPV. «Cada etapa tiene su dinámica y se necesitan nuevos vientos, cambios, nuevos liderazgos. No voy a ser un obstáculo, voy a ayudar a la mejor solución posible». Lo dijo casi todo en un acto este viernes en la sede de UGT. Otro símbolo por azar: tenía al lado a Joan Manuel Serrat, premiado por el sindicato. Puig declinó precisar más sus intenciones.

Estas pasan por un proceso de renovación rápido, siempre antes de las elecciones europeas de junio de 2024, como forma de evitar guerras de poder. Ello aboca a un congreso extraordinario, con toda probabilidad, a celebrar en pocas semanas. Para ello se necesita la autorización de la dirección federal del PSOE. Se da por hecha. La presencia el viernes y hoy en València (estará en el mismo comité nacional) del secretario de Organización y mano derecha de Pedro Sánchez, Santos Cerdán, sugiere que las soluciones van de la mano de la dirección actual del PSPV y Ferraz.

Según la información recabada por Levante-EMV, Puig dejará el lunes el acta de diputado en Corts. Así, en la ejecutiva de esa tarde se acometa una reestructuración integral del grupo, descabezado tras la salida a secretarías de Estado de Rebeca Torró y Arcadi España.

No obstante, Puig no prevé un portazo ya, que llevaría a la designación de una gestora, lo que chocaría con esa máxima desde el 28 de mayo de búsqueda de transición tranquila. Su voluntad, señalan sus colaboradores más cercanos, es acompañar el proceso de renovación. No contempla una salida inminente hacia París para ocupar la embajada española en la OCDE. No quiere decir que rechace el cargo (uno de los que habría hablado con Sánchez), pero no de inmediato. Transitada la renovación, es muy posible que sea el destino. Le encaja, según los suyos. Pero es una decisión aún por adoptar: o la OCDE (con sede en París) o continuar en el Senado.

¿Por qué anuncia ahora su marcha? La imagen que usan en su entorno es que se trata de dar un paso atrás para que el proyecto dé dos adelante. El fin es rearmar la oposición a Carlos Mazón con ideas y rostros nuevos.

¿Por qué ahora y no tras el 28M? Los suyos admiten que la idea primera era pilotar el partido hasta 2025 y entonces decidir. El análisis de estos seis meses ha llevado a la conclusión de que la mejor manera de buscar la cohesión era acelerar la renovación. Y hacerlo de la mano de Ferraz, elemento que siempre puede contener aspiraciones de mandato. También ha pasado que Puig quedó fuera del reparto de ministerios por Sánchez.

La duda principal ante este tiempo es si no volverán las guerrillas, el fantasma de lo sucedido en 1995, tras la derrota y marcha de Joan Lerma a un ministerio. El líder provincial de Alicante, Alejandro Soler, ha deslizado en los últimos días su predisposición a la secretaría general y a una bicefalía, que parecía la solución que articulaba con los de Puig. Pero algo cambió.

Y los focos están puestos ahora sobre la ministra Diana Morant, señalada como posible solución de consenso, cercana a Puig y a Sánchez, científica, joven y con experiencia como alcaldesa de Gandia. En su debe (si da el paso adelante y prospera) es que tendría que dirigir el partido desde Madrid. Todo eso y más, a partir de hoy.