La crítica local ha seguido muy presente en las Fallas de este 2023 en el Camp de Morvedre.
La futura instalación de la gigafactoría y las elecciones municipales son dos de los asuntos que han centrado el dardo de muchas comisiones, aunque los premios han ido a parar a las siguientes: En el caso de las fallas grandes, se han impuesto con un premio compartido las comisiones de Gilet y Plaza Rodrigo, seguidas de Eduardo Merello en segundo lugar y La Palmera, en tercero, mientras que, en las fallas infantiles, el primer puesto ha sido para La Palmereta, de modo que Santa Anna se ha quedado en el segundo puesto y Eduardo Merello, en el tercero.
Tampoco han faltado alusiones irónicas a las obras de demolición del tablero del Pantalán y al proyecto para construir uno nuevo, como ha ocurrido en las comisiones El Palleter y Eduardo Merello; al deterioro de la fuente del Centro Cívico del Port de Sagunt, a la promoción turística de la ciudad o al reglamento fallero.
A esto se le suman otras miradas más divulgativas de las fiestas o del patrimonio industrial, como la que ha hecho la falla infantil de Baladre, que ha creado la misma comisión tras semanas de trabajo, o la falla infantil de El Romano.
Pero también ha habido espacio para los homenajes. De los más emotivos ha sido el que han rendido varias comisiones a la ú última persona nombrada Hijo adoptivo de Sagunt: Vicente Vayà, un auténtico referente en el mundo fallero comarcal, en especial, por su larga trayectoria como mantenedor en las presentaciones. La comisión de El Mercat incluso le ha dedicado su remate central, mientras que la de Eduardo Merello le ha dedicado una escena de su monumento de sección Especial.
En esta senda de reconocimientos, está la escena que La Palmera ha hecho en referencia al Saguntino, que ayer incluso llevó a varios miembros de la plantilla a visitar el monumento. Además, El Mercat le ha dedicado otra al rodador de toros fallecido hace unos años, Rafa Alcaide y otra más al querido «Marianet», con su kiosko.
También en el monumento grande de El Romano han querido reivindicar el patrimonio de Sagunt y han recordado el trabajo de los voluntarios para retirar las chumberas del Castilo.
En Gilet, por su parte, los dardos han ido a parar al cambio de nombre de algunas calles, la falta de urbanización de algunas zonas, las obras del nuevo colegio, entre otras.