Treinta mil plantas al rescate del venerable ‘anciano’ de los bosques valencianos

El Centro para la Investigación y la Experimentación Forestal (CIEF) de la Generalitat lidera un proyecto LIFE europeo con 2,4 millones de inversión para recuperar las tejedas

En las montañas valencianas apenas quedan 88 hábitats muy dispersos y fragmentados de ‘Taxus baccata’

Personal del CEIF trasplantando plantones de tejo a maceteros más grandes para continuar avanzando en su crecimiento.

Personal del CEIF trasplantando plantones de tejo a maceteros más grandes para continuar avanzando en su crecimiento. / J. M. López

Rafel Montaner

Rafel Montaner

Los bosques de tejo (Taxus baccata) valencianos son un fósil viviente de la era de los dinosaurios, reliquias de las grandes extensiones de coníferas del Terciario que dominaron Europa hace más de 2,5 millones de años. Su gran longevidad –en el mundo se han localizado ejemplares de hasta 4.000 años- y su lento crecer, pueden tardar hasta 40 años en producir semillas, así como su excepcional madera hicieron que muchas culturas y civilizaciones lo consideraran un árbol sagrado

Hoy estos venerables ancianos de los montes valencianos son un bosque relicto, un hábitat prácticamente desaparecido que apenas ocupa poco más de 128 hectáreas dispersas a lo largo de todo el territorio en 88 enclaves muy reducidos, la mayoría de ellos en zonas de alta montaña del interior de Castellón y Valencia, y en menor medida en las montañas del sur de esta provincia y de Alicante, en este caso en núcleos aislados en umbrías al pie de acantilados y peñascales orientados al norte.

El director del CEIF, Emilio Laguna, en los viveros de esta instalación de la Generalitat ante cientos de ejemplares de tejo en diversas fases de crecimiento.

El director del CEIF, Emilio Laguna, en los viveros de esta instalación de la Generalitat ante cientos de ejemplares de tejo en diversas fases de crecimiento. / J. M. López

Un hábitat fragmentado y disperso

El principal problema de la fragmentación del hábitat del tejo, según el biólogo Emilio Laguna, director del Centro para la Investigación y la Experimentación Forestal (CIEF) de la Generalitat, es que es "una especie dioica y, por tanto, tiene un pie macho y otro hembra, pero la mayoría de las poblaciones que nos quedan son de un único pie y están muy alejadas unas de otras, lo que dificulta su reproducción".

La perspectiva de futuro de las tejedas del Mediterráneo es desfavorable-mala según la Agencia Europea del Medio Ambiente, lo que hace que la normativa valenciana considere al tejo una especie vigilada. Por esta razón, la Generalitat desde hace tres años y hasta 2026 está embarcada en la mayor intervención realizada nunca en territorio valenciano para recuperar el Taxus baccata: el proyecto europeo LIFE Teixeres, un gran salvem las tejedas liderado por el CIEF. 

Trabajadores del CIEF transplantando, en primer término un ejemplar de tejo, y en segundo plano arbustos espinosos de endrino que lo protegerán del rameo de herbívoros una vez se introduzca en el monte.

Trabajadores del CIEF transplantando, en primer término un ejemplar de tejo, y en segundo plano arbustos espinosos de endrino que lo protegerán del rameo de herbívoros una vez se introduzca en el monte. / J. M. López

Con una inversión de 2,4 millones de euros, tres cuartas partes de ellos aportados por la UE y el resto por el Consell, su objetivo es mejorar la conservación y la capacidad de resiliencia de las tejedas valencianas, amenazadas por la fragmentación y dispersión de sus poblaciones, el ramoneo de herbívoros, el cambio climático y los incendios.

Técnicas de gestión forestal

Para ello el CIEF está desplegando diversas medidas sobre el terreno con el fin de aumentar la superficie del hábitat del tejo, reducir su fragmentación y también la competencia con otras especies arbóreas colonizadoras, así como el riesgo de incendios. Esto dos últimos aspectos incluyen técnicas de gestión forestal encaminadas a aminorar la biomasa y crear discontinuidades en el terreno. 

Ejemplares de tejo de diversas edades en los viveros del Centro para la Investigación y la Experimentación Forestal (CIEF) de la Generalitat.

Ejemplares de tejo de diversas edades en los viveros del Centro para la Investigación y la Experimentación Forestal (CIEF) de la Generalitat. / J. M. López

Igualmente, se han diseñado acciones de defensa pasiva de los pequeños ejemplares de tejo ante el ramoneo y las pisadas de los herbívoros a base de elementos de protección artificiales (vallas y protectores individuales) o naturales mediante la plantación de arbustos espinosos como el endrino (Prunus spinosa). Con ello se evita que los herbívoros salvajes y domésticos devoren las puntas de las ramas de los árboles jóvenes o en pies tiernos de poca altura.

Intervención en 230 hectáreas

Estas acciones se llevan a cabo en 55 lugares de 10 espacios de la Red Natura 2000, que ocupan un conjunto de 230 hectáreas. Concretamente, estos enclaves están en los parques naturales del Macizo de Penyagolosa, la Sierra de Espadán, la Puebla de San Miguel, el de Chera-Sot de Chera, los de la Serra Mariola y el Carrascal de la Font Roja, así como en la Marina Alta y la Marina Baixa. El 75 % del suelo sobre el que se está trabajando es terreno público municipal o de la Generalitat, y el resto de titularidad privada, tanto de particulares como de organizaciones no gubernamentales.

Ejemplar de tejo en su hábitat natural en la sierra de Agres.

Ejemplar de tejo en su hábitat natural en la sierra de Agres. / CIEF/ GVA

Para materializar toda esta operación, el CIEF ha creado una colección de germoplasma de 38 especies estructurales del hábitat del Tejo, así como 12 huertos clonales de Taxus baccata para asegurar la producción de semillas para futuras intervenciones. En total se producirán 30.000 plantas, de las que 23.000 serán introducidas en los 55 espacios naturales sobre los que se actúa, y el resto se destinarán a huertos semilleros y reposiciones.

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