Cadenas humanas para denunciar la regresión de las playas valencianas

Colectivos de Orpesa, Moncofa, Gandia, Sagunt, Canet y Guardamar reclaman al Gobierno soluciones definitivas para los arenales

Usuarios denuncian que bañarse Corinto y Malvarrosa es hasta peligroso por la presencia de socavones

Cadena humana en la playa de Corinto de Sagunt.

Cadena humana en la playa de Corinto de Sagunt. / Daniel Tortajada

JM Vigara/Efe

Cientos de personas han formado esta mañana "cadenas humanas", cogiéndose de las manos, en varias playas valencianas para denunciar la regresión de los aranales y reclamar al Gobierno central y la Delegación de Costas soluciones reales que acaben con este grave problema que conlleva la erosión del litoral. Esta iniciativa ciudadana impulsada por Som Mediterrània se ha desarrollado en varios municipios costeros de la Comunitat Valenciana: Orpesa, Moncofa, Gandia, Tavernes de la Valldigna, Sagunt, Canet d'en Berenguer y Guardamar del Segura.

En toda España, miles de personas se han sumado a esta movilización para visibilizar el problema de la erosión de los arenales y del litoral. Colectivos vecinales y ciudadanos de estos municipios costeros se han unido a estas cadenas humanas que han despertado la curiosidad de los bañistas, que tomaban el sol o jugaban en la arena, mientras los manifestantes realizaban esta protesta silenciosa y cívica.

Los portavoces de Som Mediterrània advierten que el 60% de las playas y el 90% de los deltas sufren graves problemas de erosión, e incluso hundimientos por la falta de aportes y sedimentos que regeneren sus arenales. De hecho, reclaman que se considere la gestión del sedimento como una nueva categoría de impacto ambiental.

Mientras tanto, en las playas de Almardà, Malvarrosa y Corinto, de Sagunt, y en la playa de Canet d'en Berenguer se ha formado una cadena humana en la primera línea de mar para protestar por el mal estado de las mismas, el "abandono" que los residentes dicen sufrir por parte de las administraciones y para reclamar "la regeneración urgente" del litoral.

Los bañistas miraban a los pacíficos manifestantes mientras tomaban el sol.

Los bañistas miraban a los pacíficos manifestantes mientras tomaban el sol. / Daniel Tortajada

Hacia las 12,30 horas decenas de vecinos se acercaron a la orilla de las playas de Sagunt y Canet y unieron sus manos para "mostrar su apego a las mismas, su enorme tristeza por constatar su deterioro y su unión para demandar al Ministerio para la Transformación Ecológica que proceda a regenerarlas, por vía de urgencia, con soluciones duraderas y "sostenibles". Amparo Peris, presidenta de la Asociación vecinal de las Playas de Almardà, Corinto y Malvarrosa, mostró su agradecimiento a los ciudadanos, así como a los dos ayuntamientos, por el apoyo recibido. "Pedimos, -añadió esta portavoz vecinal- la Regeneración urgente de estas playas, con la aportación de la arena apropiada y la construcción de estructuras durables y sostenibles (eco arrecifes) que las protejan y eviten que esta arena desaparezca al primer temporal", señaló esta fuente.

Por su parte, Manuel Santos, vecino de la playa Malvarrosa de Corinto, explicó: «Nos tienen abandonados desde conselleria, desde el ayuntamiento y desde todos lados». «No se ponen de acuerdo y tenemos una playa que desde hace unos años va a peor cada vez», agregaba. Santos señaló que este año aún no ha ido a la playa con su familia porque «bañarse es incluso peligroso». Se desplazan hacia otras playas, como la de Canet d’en Berenguer que también «está perdiendo arena, pero están un poquito mejor». «Entre el escalón y las piedras no se puede entrar a bañarse», apostilló al tiempo que indicó que hace años «había arena y no existía este socavón peligroso especialmente para los niños y las personas mayores».

«Ves en la playa gente que sale a trompicones, que se caen al intentar salir y también al entrar», y muchos incluso que sufren lesiones como recuerda otro vecino de la zona, Rubén Quílez, quien apuntó que un familiar sufrió una lesión en el hombro al intentar salir del agua. Por último, en palabras recogidas por Levante-EMV, la presidenta de la asociación de vecinos de l’Estany, María José Bohigues, advertía que la actual Ley de Costas, que ya ha cumplido 35 años, «debería haber servido para proteger nuestras playas, sus arenales, ecosistemas, biodiversidad, zonas urbanas y los bienes con valor histórico y cultural de nuestros municipios, pero su errónea y arbitraria aplicación ha demostrado no ser eficaz». «Nuestros valores como sociedad mediterránea -lamentaba- están en peligro y todavía estamos a tiempo de enmendarlo», dijo.  

En agosto de 2022 ya se realizaron cadenas humanas en 35 playas españolas, y en enero, frente al Congreso y las sedes de las Delegaciones del Gobierno de varias ciudades.