València

El alcalde se resiste a aceptar el macrohotel de la Saïdia y reclama nuevos informes

No habrá derribo hasta que la Universitat y Bellas Artes dictaminen sobre el valor arquoitectónico de las naves que el Consell de Cultura ya ha rechazado

Interior de las naves de la Fábrica Pilar Casanova en la calle Guatla

Interior de las naves de la Fábrica Pilar Casanova en la calle Guatla / Hortensia García

El alcalde, Joan Ribó, ha solicitado dos nuevos informes a la Universitat de Valencia y a la Real Academia de San Carlos sobre las naves industriales de la calle Guatla, en la Saïdia, un conjunto industrial que ha quedado encajonado en un patio de manzanas de edificios residenciales donde se proyecta un macrohotel y residencia de estudiantes de 575 habitaciones, contra el que se oponen los vecinos del barrio de San Antonio. El proyecto del hotel no se remitirá a la comisión municipal de Patrimonio hasta que no lleguen los citados informes y no habrá por tanto nuevos derribos vino a decir ayer el alcalde.

El ayuntamiento ya ha recibido el informe que solicitó el pasado 24 de octubre al Consell València de Cultura (CVC) sobre la posibilidad de proteger las naves industriales, donde se ubicó la Fábrica de Hilados y Tejidos de Yute Pilar Casanova, y que concluye que los edificios no reúnen valor patrimonial suficiente y no son dignos de protección, más allá de elementos como el panel religioso de la fachada. El informe del Consell de Cultural viene a dar la razón al informe que hizo antes el servicio de Planeamiento de la Concejalía de Desarrollo Urbano, que desestimó la declaración del edificio como Bien de Relevancia Local tal como piden desde abril de este año los vecinos en base a informes de la experta en patrimonio industrial Diana Mustiel que destacan el valor de la fábrica de hilados como conjunto industrial art-decó, en cuyo interior se conserva un panel cerámico protegido y otros elementos dignos de salvarguardar.

El informe de la comisión de Legado Histórico, presidida por el arquitecto y en su día concejal socialista Vicente González Móstoles, no pone así reparos, al menos desde el punto de vista patrimonial, a la construcción del hotel. Otras cosa, señalaron fuentes del CVC, es el encaje urbanístico que pueda tener el hotel proyectado, al que los vecinos se oponen frontalmente, por las molestias que puede traer asociadas.

El Ayuntamiento de València, explicó ayer el alcalde, no permitirá ninguna actuación en las naves de Saïdia hasta que no se conozca el contenido de los informes que ha solicitado a "instituciones consultivas oficiales" sobre el valor histórico y patrimonial de estas construcciones. El alcalde ha dado orden a todas las delegaciones de no avanzar en la tramitación del proyecto del hotel hasta no conocer el resultado de los informes sobre el valor patrimonial de las naves solicitados. No habrá por tanto de momento licencia de derribo como han solicitado los promotores del hotel. "A partir de los informes, habrá que ver si se protegen o no", destacó el alcalde.

El informe del Consell de Cultura concluye que las naves no tiene los valores objetivos o artísticos suficientes, ni urbanísticos ni arquitectónicos, para merecer la protección de Bien de Relevancia Local (BRL). El informe fue aprobado el martes en el pleno del Consell, formado por 18 vocales, con la abstención de cuatro miembros (Marta Alonso, Inmaculada Vidal, José Vicente Navarro e Irene Ballester). Un quinto vocal, el arquitecto José María Lozano, se inhibió de la elaboración y la votación del informe por un conflicto de interés objetivo.

El pasado mes de septiembre, Joan Ribó se comprometió con los vecinos a "buscar una salida" para evitar la construcción del macrohotel, como defienden los colectivos vecinales. Los vecinos del barri de San Antonio aseguran que no existen precedentes en Valencia de la construcción de un hotel-residencia de estudiantes de semejante tamaño y uso en una zona residencial consolidad. El hotel, contra el que se han manifestado en varias ocasiones y hoy volverán a hacerlo, afecta, aseguran, "de manera directa y grave a los vecinos". Aseguran que el espacio hotelero "reducirá la calidad de vida del vecindario y degradaría la convivencia en el barrio". "El turismo masivo conlleva más ruidos, suciedad y malestar, provocando aumento en los alquileres".

El ayuntamiento acaba de dar luz verde a otro proyecto de transformación del patrimonio industrial para nuevos usos en el entorno de la calle San Vicente. Se trata del proyecto del mercado gastronómico de la antigua Imprenta Vila, una fábrica protegida que se reconvertirá en espacio de ocio y trabajo compartido, que también ha tenido que sortear reparos vecinales y del ayuntamiento.

El PP denunció que el Govern del Rialto no contemplaba proteger las naves y alertó que "no se podrá evitar que se construya el macrohotel" si no se protege el conjunto.

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