El tesoro valenciano de la biodiversidad guarda un centenar de millones de semillas

El banco de germoplasma del Centro para la Investigación y la Experimentación Forestal (CIEF) de la Generalitat conserva simientes de 167 especies forestales y de otras 732 de flora amenazada, así como de 200 variedades agrícolas tradicionales

El Centro para la Investigación y la Experimentación Forestal (CIEF), el arca de Noe de la biodiversidad vegetal valenciana

J. M. López

Rafel Montaner

Rafel Montaner

El Mas de la Fita de Quart de Poblet guarda en cámaras frigoríficas, a 18 ºC bajo cero y a una humedad inferior al 4 %, el que quizás sea el tesoro más preciado de los valencianos: un centenar de millones de semillas de 167 especies forestales y de otras 732 de flora amenazada, así como también de 200 variedades tradicionales valencianas de 43 especies de interés agrícola.  Este es el corazón del Centro para la Investigación y la Experimentación Forestal (CIEF) de la Generalitat, un arca de Noé de la biodiversidad vegetal de la Comunitat Valenciana que anualmente produce en sus 10 hectáreas de viveros 200.000 plantas destinadas a repoblar los bosques valencianos o ayudar a recuperar la flora silvestre en peligro y la diversidad agraria.

Más de una treintena de personas trabajan en el CIEF, una instalación única en España al aunar tanto bancos de germoplasma forestal y de flora rara, endémica y amenazada, como viveros destinados a la producción de estas especies. Bajo la dirección técnica del doctor en Biología Emilio Laguna, este centro cumplirá en 2025 dos décadas de trabajo en favor de la gestión, conservación y restauración ecológica de los sistemas forestales y de la flora de los hábitats naturales valencianos. 

Treinta aniversario del banco de germoplasma forestal

Sus raíces se hunden en la creación hace 30 años del Banco de Semillas Forestales de la Generalitat. En 1994, tras un verano trágico en el que ardió una séptima parte de la superficie boscosa de la C. Valenciana (casi 140.000 hectáreas), nacía este reservorio destinado a preservar los recursos genéticos forestales de las 17 subregiones naturales del territorio valenciano de acuerdo al origen de sus especies y sus ecosistemas.

Y alrededor de este primer banco de semillas forestales, que en 2009 sumó el de flora amenazada y hace 8 años el de variedades agrícolas tradicionales, ha ido creciendo el CIEF con el fin de facilitar el uso diversificado de especies en la reforestación y en proyectos específicos de recuperación de áreas degradadas y reintroducción de flora en peligro.

Para ello, además de los bancos de germoplasma, cuenta con huertos semilleros y viveros que aseguran la provisión de lotes de semillas, plantas y esquejes de buena calidad y origen conocido, que aseguran la reconstrucción de nuestros parajes naturales. 

Una de las parcelas de los viveros del CEIF está dedicada generar plantas y esquejes de tarays para proyectos de restauración de bosques de riberas fluviales.

Una de las parcelas de los viveros del CEIF está dedicada generar plantas y esquejes de tarays para proyectos de restauración de bosques de riberas fluviales. / J. M. López

Así, en el caso de flora amenazada, el CIEF controla un millar de unidades naturales, principalmente en espacios de la Red Natura 2000, la malla europea de conservación de la biodiversidad, donde su personal acude periódicamente para supervisar la situación de las poblaciones vegetales y recolectar semillas con el objetivo de asegurar la supervivencia de las especies, como el caso de la silene de Ifac (Silene hifacensis).

Ejemplar de silene de Ifac qu se cultiva en el CIEF para general semillas destinadas a la repoblación de esta especie en peligro.

Ejemplar de silene de Ifac qu se cultiva en el CIEF para general semillas destinadas a la repoblación de esta especie en peligro. / J. M. López

Esta especie endémica de roquedos verticales marinos de la Marina Alta y Baixa y de les Illes Balears está catalogada en peligro de extinción y este centro de investigación ha conseguido mejorar su situación tras generar un millón de semillas al año y diseñar un plan de reintroducción en colaboración con el Grupo de Intervención en Altura de los Agentes Medioambientales de la Generalitat que ha logrado crear en los acantilados del Penyal d'Ifac o el Montgó unas 40 poblaciones estables, algunas de las cuales ya van por su tercera generación.

El director técnico del CIEF, el doctor en Biología Emilio Laguna, junto a especies de flora en peligro con las que trabajan.

El director técnico del CIEF, el doctor en Biología Emilio Laguna, junto a especies de flora en peligro con las que trabajan. / J. M. López

A todo ello suma el Laboratorio de Sanidad Forestal de la Generalitat, encargado del control de plagas como la procesionaria, y el equipo técnico que gestiona los más de 2.400 ejemplares del catálogo de árboles monumentales de la Comunitat, y que se encarga de detectar, caracterizar y mantener mediante técnicas de cirugía arbórea estos tótems vivos del patrimonio valenciano.

Un trabajo de orfebrería

La conservación de semillas es un trabajo que el personal del CIEF, dependiente de Vaersa, la empresa pública autonómica especializada en gestión medioambiental, desarrolla con paciencia de orfebre y que cobra especial importancia en época de sequía como la actual, pues "la viabilidad de las semillas decae con la falta de precipitaciones", destaca Emilio Laguna. 

Antes de que el lote de semillas llegue a la cámara frigorífica para su conservación debe afrontar un largo proceso de preparación que incluye desde la limpieza a fondo para eliminar restos de materia orgánica que podrían favorecer una germinación no deseada hasta el desecado para reducir el contenido de humedad de la simiente.

Bellotas conservadas en condiciones especiales en las cámaras frigoríficas del CIEF.

Bellotas conservadas en condiciones especiales en las cámaras frigoríficas del CIEF. / J. M. López

Esto último, detalla Laguna, es algo que "no soportan algunas especies, como la carrasca" (Quercus ilex). "Las bellotas que no germinan en 15 días se mueren, en el CIEF las conservamos viables entre 8 y 9 meses en una cámara a baja temperatura, entre 0 y 4 ºC, y a muy alta de humedad, entre un 90 y un 95 %, pero tenemos que controlar que el CO₂ que genera la semilla al ‘respirar’ no supere el umbral a partir del cual la mataría. Para evitarlo, la cámara cuenta con un sensor de este gas tóxico que activa la ventilación cuando detecta niveles altos", añade.

Capacidad de germinación

Las simientes que si soportan la desecación pasan por una cámara a 33 ºC que reduce su contenido de humedad al 10 %. Una vez secos, los lotes de semillas se almacenan en frascos con silica gel con el fin mantenerlos a un nivel bajo de humedad. Este material desecante cambia de color según su contenido de humedad, así que el personal del CIEF puede detectar fácilmente una variación en la humedad del lote y proceder a sustituir el silica gel.

Muestras de silica gel en la que el color varía según aumenta, de izquierda a derecha, la cantidad de humedad absorbida.

Muestras de silica gel del CIEF en las que el color varía según aumenta, de izquierda a derecha, la cantidad de humedad absorbida. / J. M. López

Una vez procesado el lote se evalúa primero la viabilidad de las semillas y luego su capacidad de germinación. La responsable del laboratorio del CIEF, Mari Carmen Picher, relata que para la prueba de germinación "se emplean 400 semillas de cada lote, y se depositan en cuatro bandejas de germinación con 100 simientes cada una, y el lote se desestima si no hay un porcentaje de éxito superior al 50 % en cada bandeja". Una vez dentro de la cámara frigorífica, los lotes son sometidos periódicamente a pruebas de humedad y de germinación con el fin de reponer aquellos que pierden potencial con el paso del tiempo.

Una técnica del CIEF comprobando la capacidad de germinación de un lote de semillas de arce negro (Acer monspessulanum).

Una técnica del CIEF comprobando la capacidad de germinación de un lote de semillas de arce negro (Acer monspessulanum). / J. M. López

Proyectos financiados por la UE

El CIEF también desarrolla proyectos experimentales de restauración ecológica y actualmente participa en dos programas europeos LIFE Natura. Uno de ellos es el LIFE Teixeres, que gestiona en solitario y es la mayor operación realizada nunca jamás para salvar las tejedas valencianas, y el otro es el LIFE RedBosques_Clima, donde participa como socio junto a centros de investigación de Cataluña, Castilla-La Mancha y el País Vasco, busca aplicar soluciones naturales a los bosques para hacerlos más resilientes al cambio climático y a los incendios forestales

En este último caso su trabajo se centra en tres parcelas experimentales de los montes de Barracas, Alpuente y la sierra de Aitana repobladas con pino rodeno (Pinus pinaster), donde con técnicas de silvicultura adaptativa se aspira a aumentar su resistencia al calentamiento global. 

En sus 10 hectáreas de viveros el CIEF genera 200.000 plantas al año para repoblar bosques y recuperar flora silvestre

Laguna cuenta que el pino rodeno, al tener una corteza muy gruesa, se recupera mejor tras un incendio que el pino carrasco o blanco (Pinus halepensis), "pero es una especie en retroceso debido al cambio climático porque precisa de mucha humedad y sus semillas no germinan si no llueve".

Prueba de ello es que tras el gran incendio de la Muela de Cortes de 2012, "las amplias poblaciones de pinus pinaster han sido colonizadas por el halepensis". "En los años 70 la Comunitat Valenciana tenía extensiones impresionantes de pino rodeno, pero los incendios y el calentamiento global han reducido mucho su hábitat, por lo que es probable que en 50 años pueda estar en peligro de extinción en nuestro territorio", alerta el director del CIEF.

Vivero del CEIF en el que crecen ejemplares de tejo destinados al programa LIFE europeo para mejorar las tejedas valencianas.

Vivero del CEIF en el que crecen ejemplares de tejo destinados al programa LIFE europeo para mejorar las tejedas valencianas. / J. M. López

Aportar al bosque mecanismos de defensa

Salvar al pino rodeno pasa por aumentar su resistencia al cambio climático. En este sentido, Laguna subraya que una masa forestal "será más resiliente al calentamiento global cuanto más diversa y heterogénea sea, no solo en cuanto a especies sino también por las edades y tamaños de los árboles que la componen, e incluso diversidad espacial, con fases discontinuas que alternen claros donde puedan crecer el soto bosque y las carrascas". 

El CIEF investiga soluciones naturales para hacer los bosques más resilientes al cambio climático y a los incendios

Se trata, concluye el experto, "de aportar al bosque mecanismos naturales de autodefensa ante el aumento de la temperatura media y que le ayuden a frenar cualquier conato de incendio, pues sabemos que en una fase muy inicial la biodiversidad actúa de cortafuego natural al igual que la diversidad espacial en el contenido de vegetación".

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