Sorpresa con los concejales que oficiarán los últimos «bautizos civiles»

El PP se quedará con la dirección de las Ceremonias de Bienvenida a la Ciudadanía, que finalizarán el último lunes de septiembre tras ser suprimidos

Ribó ofició el primer "bautizo civil" en el mes de mayo.

Ribó ofició el primer "bautizo civil" en el mes de mayo. / JOSE JORDAN

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

Menos de cinco meses durarán las Ceremonias de Bienvenida a la Ciudadanía, conocidas popularmente como «bautizos civiles» en la ciudad de València. Es el recorrido desde que las aprobó la junta de gobierno, en el tramo final del mes de abril, y el 4 de septiembre, fecha en que tendrá lugar la última tanda de estos actos. Con la particularidad de que va a ser el Grupo Municipal Popular, el mismo que ha decidido derogarlos, los que oficiarán los festejos que quedan.

El pasado lunes -está estipulado que se celebran el primer lunes de cada mes, en los Jardines de Monforte- se llevaron a cabo cuatro de estas ceremonias (una de ellas doble, al tratarse de una pareja de mellizos) y la representación institucional corrió a cargo de Rocío Gil.

A pesar de la renuncia a continuar amparando estas ceremonias, el PP no quiere «soltar» la dirección de los mismos. Lo que no quiere decir que lo hagan mal. Rocío Gil hizo una dirección «profesional», incluyendo la lectura del articulado legal que hace las veces de «homilía»: el 27 de la Constitución Española -sobre el derecho a la educación y de los Derechos del Niño («A los padres u otras personas encargadas del niño les incumbe la responsabilidad primordial de proporcionar, dentro de sus posibilidades y medios económicos, las condiciones de vida que sean necesarias para el desarrollo del niño»). También les hizo entrega de los obsequios instaurados por el ayuntamiento. Ahora mismo no se sabe qué edil será el encargado de echar el cierre a esta serie de celebraciones, pero tienen claro que será del partido que regirá la ciudad.

Ribó, invitado

Se da la circunstancia de que el alcalde Joan Ribó acudió como invitado a la última de la serie celebrada el pasado lunes. Estaba previsto que el hasta hace unas semanas alcalde de la ciudad iba a ser quien lo oficiara. Después de que el grupo municipal popular anunciara que serían ellos quienes las oficiaran, la familia optó por invitar a Ribó al acto. Al tratarse de un lunes y última hora de la mañana, acudió a participar de la celebración.

La página web del ayuntamiento ya ha inhabilitado el formulario para solicitar estas ceremonias. Al tratarse de un acto que no tiene ningún efecto jurídico (eso se dejó claro desde el primer momento), el número de Ceremonias de Bienvenida eran limitadas, nada que ver con el trajín de las bodas civiles que se celebran en el mismo escenario.

Prueba de ello es que sólo quedan cuatro bienvenidas, que se dejan para el mes de septiembre -el mes de agosto, cuyo primer lunes es el 7, se deja inhábil-. Sin embargo, desde el anterior equipo de gobierno se tenía la confianza de que la gente se iría «cogiendo» y que esos lunes acabarían por estar bien surtidos de ceremonias a lo largo del año.

Por «buena fe y confianza»

La junta de gobierno del pasado día 23 de junio aprobó dejar sin efecto el acuerdo de la junta del anterior equipo para estas celebraciones. Por entonces se anunció que los solicitantes que ya lo tenían aprobado no se verían afectados «atendiendo a la buena fe y confianza legítima».

El argumento para cancelar estas ceremonias fue que «carecen de efectos jurídicos y comparte lugar de celebración, calendario, así como medios materiales y personales, con los de las ceremonias de matrimonios civiles, éstas sí con plenos efectos jurídicos y celebradas en virtud de la atribución de competencias que el Código Civil otorga a los alcaldes o alcaldesas en su artículo 51. Estas ceremonias de bienvenida a la ciudadanía no son servicios de prestación obligatoria por parte de los municipios», pero, imposible negarlo, también subyace el considerarse como un remedo del sacramento cristiano.