El club de padres de familia que terminó pidiendo la segregación de Benimàmet

La Associació de Veïns i Veïnes de Benimàmet suma 50 años de historia con logros tan importantes como el soterramiento del metro o el desarrollo de un parque que funciona a modo de ágora para toda la pedanía

Movilización vecinal contra la instalación de un centro de menores en suelo municipal

Movilización vecinal contra la instalación de un centro de menores en suelo municipal / L-EMV

Claudio Moreno

Claudio Moreno

Encajada en un triángulo de autovías entre Paterna y Burjassot, siglo y medio después de perder su autonomía de municipio independiente, la pedanía de Benimàmet con sus 14.0000 habitantes todavía conserva la idiosincrasia de un pueblo. La lleva inscrita en la memoria de la asociación vecinal, que estos días cumple 50 años y aprovecha el aniversario para hacer balance de sus múltiples batallas. 

Quien repasa la historia de este medio siglo es José García-Melgares, alcalde pedáneo durante dos legislaturas y antiguo vicepresidente de la asociación: "Cuando el régimen franquista no permitía las asociaciones vecinales, se constituyó la asociación de padres de familia. Era obligatorio estar casado. Esto fue el inicio posterior de la Associació de Veïns i Veïnes de Benimàmet", recuerda García-Melgares. 

La clandestinidad de los primeros compases dio paso a una transición en democracia con García-Melgares formándose en el sindicalismo y volviendo a la Asociación de Vecinos de Benimàmet cuando ya estaba constituida y había definido sus principales ejes de acción: obtener más y mejores infraestructuras y constituirse como una Entidad Local Menor. Este rango le concedería la capacidad de elegir un alcalde desligado de València y la potestad de administrar un presupuesto con arreglo a unas competencias propias pactadas con el cap i casal. 

En el apartado urbanístico se recuerdan tres grandes luchas, todas ganadas. "Las primeras manifestaciones surgieron por el soterramiento de la vía del tren que partía Benimàmet en dos, la parte antigua y la de los chalets. Esto causaba mucho peligro, de hecho murieron seis personas en los pasos a nivel", relata el exalcalde pedáneo, que rememora unos primeros 2000 marcados por la acción vecinal, a veces desde el sarcasmo: «Cuando llovía mucho se formaban charcos enormes junto a las vías y la gente sacaba las cañas de pescar para denunciar el abandono de la zona».

Soterramiento tras los atropellos mortales

Las reivindicaciones se prolongaron durante años y en la legislatura de 2007 a 2011, tras la presión vecinal y varios atropellos mortales -el último a una alumna del colegio El Ave María-, la Conselleria se decidió a soterrar las vías del metro. "Esa fue la primera victoria de la asociación, pero encima del soterramiento faltaba por hacer el parque lineal", continúa narrando García-Melgares sobre un proyecto demandado en la calle y que contradecía el plan inicial del PP de construir una carretera de doble sentido. "La nueva corporación surgida en 2015 terminó ejecutando el proyecto y ahora es una zona verde con un auditorio donde hacemos todos los eventos de Benimàmet". 

Soterramiento de las vías del metro a su paso por Benimàmet

Soterramiento de las vías del metro a su paso por Benimàmet / L-EMV

Aquel fue el mayor éxito de la asociación porque logró aglutinar a todos los colectivos de la pedanía, pero más tarde vinieron otras luchas, y también fueron importantes. Los vecinos volvieron a sacar las pancartas para reclamar un centro de salud que ampliase el ambulatorio localizado en un bajo y para solicitar asimismo un polideportivo con piscina y campo de fútbol 7. «Benimàmet ha estado siempre bastante abandonada pero gracias a las movilizaciones de la Associació de Veïns i Veïnes de Benimàmet hoy tenemos todas estas dotaciones». 

Más recientemente, los vecinos y vecinas se echaron a la calle para rechazar el centro de menores proyectado por la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas -durante la etapa de Mónica Oltra- en el único solar municipal de la pedanía, exigiendo a cambio que la parcela sirva para la ampliación del centro de salud y otros equipamientos públicos destinados al pueblo pedáneo. 

Cortar el cordón umbilical con València

Pero entre el inventario de conquistas se cuela un sueño truncado que los vecinos reactivan cada cierto tiempo: segregarse de València para dejar de ser su pedanía más grande y convertirse en un núcleo separado. Ese pueblo castellanoparlante con importante inmigración interna, estructura de municipio -"tenemos junta municipal, banda de música propia y asociación vecinal"- y un modelo productivo que ha viró del turismo a la industria y vuelta al turismo. "Ahora ese sentimiento de pueblo es más fuerte gracias al parque lineal donde coincidimos e intimamos todos los vecinos".

Multitudinaria jornada de paellas en Benimàmet

Multitudinaria jornada de paellas en Benimàmet / L-EMV

Todo ello propició que a finales de los 90 la plataforma "Benimàmet Poble", cansada de la falta de inversiones del Ayuntamiento de València, iniciase una recogida de firmas por la independencia que se prolongó durante cinco años y acumuló un total de 4.879 rúbricas, aval insuficiente para el Tribunal Superior de Justicia -que falló en contra de la segregación ratificando la negativa del Consell Jurídic Consultiu-. Aquel proceso se cerró en 2009, pero hace tres años el exalcalde pedáneo García-Melgares retomó la recogida de firmas para convertir Benimàmet en Entidad Local Menor, una propuesta que el Ayuntamiento de València aprobó en sesión plenaria pero que finalmente no pudo salir adelante por no encontrar encaje en la Ley de racionalización y estabilidad de la administración local de Cristóbal Montoro.  

La próxima movilización será por el instituto

Lejos de acomodarse, la Associació de Veïns i Veïnes de Benimàmet se mantiene en uno de sus mejores momentos de su historia, con unos 430 socios inscritos y una fantástica relación con la Federación de Asociaciones Vecinales de València, cuya presidenta, María José Broseta, les ha reconocido recientemente la densidad y calidad de su tejido asociativo. 

Pero Benimàmet no solo vive de conquistas pasadas y la actual presidenta de la asociación vecinal, Mari Carmen Barea, suma una nueva inquietud del pueblo pedáneo: "Lo más importante ahora es luchar para que nos mejoren el instituto, porque es absolutamente precario. Además está en un terreno que nadie reclama. Llevamos años esperando a que adecenten esto, porque al final los adolescentes de nuestro pueblo se tienen que ir a otros institutos, y ningún partido ha tenido la voluntad política de sacar este tema adelante. Antes de Navidad volveremos a salir a la calle para reclamarlo". 

Más allá de esta deficiencia, Barea reconoce sentirse satisfecha con el estado actual de Benimàmet, más aún después de una semana repleta de actividades culturales en celebración de su 50 aniversario. 

"Tuvimos de todo, desde los gigantes y cabezudos hasta la Muixeranga d’Algemesí, con más de 100 personas y varias torres. Fue muy emocionante», dice la presidenta de una asociación que promete seguir dando la batalla política: "Nosotros le hemos dicho al nuevo alcalde pedáneo, Vicente Peris, que si escucha a los vecinos y trabaja por Benimàmet no tendrá problemas con nosotros, pero si no lo hace nos tendrá en la calle porque somos luchadores y siempre se nos oye".